La situación de casi empate electoral obligó a cada comando presidencial a afilar sus propuestas, prestar atención a los comentarios del contrincante, analistas, psicoanalistas, encuestadores, columnistas y editorialistas de ambos lados. Obligó a los candidatos a afinar sus propuestas, gestos, estilo comunicacional; es decir, aprender más y de los demás.

Desde mi postura de educador quedé preguntándome ¿cuánto hubieran aprendido nuestros alumnos si es que se hubiera armado por ejemplo el currículo escolar de Ciencias Sociales escogiendo los mismos temas de la realidad peruana que han dado lugar a los debates electorales. Por ejemplo seguridad, pobreza, corrupción, infraestructura, crecimiento económico, estado de derecho, institucionalidad, derechos humanos, etc. Es decir, pocos temas por grado, trabajados en forma de proyectos que se estudian a fondo, buscando estadísticas, datos, opiniones, informes científicos, propuestas de los candidatos presidenciales, preparando interdisciplinariamente cada tema para finalmente tomar una posición y presentarla a los demás.

No solamente tendríamos estudiantes más informados y autónomos, sino que estaríamos formando a los futuros ciudadanos con un conocimiento de su realidad y un compromiso que vendrían construidos desde muy atrás, junto con su vocación por hacer algo al respecto de los asuntos cruciales para el futuro.

Qué pasaría si ante cada propuesta de Ollanta Humala los ciudadanos con base económica suficiente evaluaran espontáneamente, ¿es viable económicamente? Qué pasaría si ante la presencia del equipo de campaña y allegados de Keiko Fujimori los ciudadanos debidamente formados en temas psicológicos e históricos se preguntaran espontáneamente ¿es posible que un hijo o hija se diferencie sustancialmente de la ideología y posturas actitudinales de su padre? ¿Cómo se expresaría esa diferenciación?

Y si finalmente ninguna de las posiciones expuestas resulta lo suficientemente convincente como para identificarse con ella, ¿qué hacer? ¿Tiene similitud con el caso de resolver dilemas con riesgos como operarse con riesgo mortal o no un tumor canceroso, invertir o no en comprar una casa a plazos, decidir casarse o no con su pareja?

Si nuestras autoridades educacionales entendieran que así los alumnos aprenderían más que con los enfoques memorísticos escolares habituales orientados al enciclopedismo y al pasado, quizá tendríamos una población mejor formada y educada para encarar los retos del futuro.

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