Las investigaciones de las neurociencias avanzan a pasos agigantados y van produciendo hallazgos parciales importantes, aunque todavía no alcanzan para comprender a cabalidad el funcionamiento del cerebro y eventualmente hacer simulaciones o estableces causalidades que se repitan sistemáticamente cual fórmula científica. Sin embargo, son suficientemente importantes como para empezar a tomarlos en cuenta en actividades como las de diseño, marketing, medicina, psicología o educación.

Hay diversos vídeos en youtube sobre los aportes de las Neurociencias a la educación que se pueden consultar (por ejemplo, el Dr. Facundo Manes sobre Neurosicoeducación, 2009). En esencia lo que dice es que el 99% de los génes de los seres humanos son similares a los de los chimpancés (que tienen que ver con las emociones, sensaciones y están en las partes más primarias internas del cerebro). Es principalmente el desarrollo del lóbulo frontal el que más marca a los seres humanos y está relacionado con la toma de decisiones, planificación del futuro, interacción social, memoria y habla.

Se acepta que el cerebro humano nace con muchas neuronas pero con pocas conexiones (sinapsis). Son los diversos estímulos los que permiten establecer esas conexiones (que son como el software del cerebro) que permitirán que se generen los pensamientos, sentimientos, emociones, expresiones y acciones). Este cableado no es lineal. Por ejemplo cuando se aprenden dos idiomas diferentes desde la infancia, para cada uno el cerebro desarrolla sus propias conexiones sin que estas se superpongan o se ocupen en un idioma a costa del otro.

También se sabe que las emociones y las experiencias sociales modifican el cableado de las neuronas del cerebro, por lo que el vínculo afectivo del bebe con la madre en los primeros meses permite que el cerebro se adapte al medio ambiente, sus olores, sabores, fuerza de gravedad, ruidos, etc. En cambio, la falta de estímulo afectivo limita el aprendizaje y las capacidades ejecutivas del cerebro en funciones como la autoregulación, adaptabilidad a nuevas circunstancias sociales y especialmente la memoria de trabajo, que es la capacidad de mantenerse on-line a leer desde la primera hasta la última palabra de un párrafo sin olvidar lo que se está leyendo. La adversidad y las relaciones humanas deterioradas y la sensación de falta de protección aumenta el nivel de las hormonas asociadas al estrés, generando mayor riesgo de enfermedades físicas y mentales. También se sabe que de los castigos no se extraen aprendizajes, pero sí del señalamiento y refuerzo de los aprendizajes correctos. Por ello en lugar de amonestar a los niños cuando hacen algo mal es preferible mostrarles la forma correcta de hacer las cosas.

Finalmente, en cuanto a la memoria se sabe que hay tres tipos:
1). Memoria episódica: ¿dónde celebró navidad? Es la que recuerda dónde y cuándo ocurrieron las cosas del pasado, que se puede evocar y con ello imaginar el futuro. Esta memoria es crítica para aprender cosas nuevas.

2). Memoria de trabajo-operativa- online, ¿qué hizo en navidad? Es la que permite procesar cosas simultáneamente en un momento dado en el que hay que lidiar con varias cosas a la vez (por ejemplo, cuando maneja un carro uno toma nota de los carros que vienen atrás, adelante y que lo quiere adelantar, escucha música y cambia de estación, observa detalles de la carretera y letreros con indicaciones, etc. pero minutos después de llegar al destino, se olvidan todos los detalles observados). Esta memoria de trabajo “online” es la crítica para comprender lecturas e instrucciones mientras se resuelven los problemas.

3) Memoria semántica: ¿qué significa navidad? Es la que retiene el significado de las cosas (qué es y para qué sirve un micrófono, un automóvil).

En cuanto a los estímulos se sabe que ambientes demasiado enriquecidos lejos de ayudar al niño a focalizarse en un asunto los dispersa en su atención.

Una idea central es que el cerebro trabaja en red, es decir, todo el cerebro se activa para todo aprendizaje (lo que desmiente la falsa presunción de que cada función intelectual se desarrolla en una sola área específica del cerebro). Lo que sí es cierto es que en el cerebro hay redes de conexiones neuronales que se activan más dependiendo de la actividad de la que se trate y que cada dominio cognitivo tiene una red y tiene sus puntos críticos. Eso explica que por ejemplo factores emocionales o sensoriales, pueden afectar el funcionamiento de las áreas de la memoria o aprendizaje, lo cual tiene enorme importancia para la educación.

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MÁS CONDICIONES ADVERSAS, MENOS CONEXIONES NEURONALES EN LOS NIÑOS Los científicos que estudian el cerebro confirman que las experiencias durante la primera infancia tienen un papel esencial en la arquitectura cerebral. Por ejemplo, el estar expuesto a situaciones de violencia o de adversidad durante los primeros años de vida puede traducirse en cambios físicos en la estructura de las conexiones neuronales del cerebro. Las neuronas o células nerviosas permiten que los niños respondan a los estímulos que les rodean y constituyen los bloques con los cuales se construye el cerebro humano. Un niño expuesto a condiciones de adversidad de manera sistemática durante la primera infancia desarrolla menos conexiones neuronales. Revertir estos resultados más adelante es complejo y costoso.
How ‘learning styles’ undermine education This week is ‘Brain Awareness Week’, an event aimed at dispelling so-called neuromyths. A letter published in the Guardian on the eve of Brain Awareness Week, signed by 30 neuroscientists, psychologists and educationalists, criticised what the signatories claim is one of the biggest neuromyths – that children have distinct ‘learning styles’. The letter argues that there is ‘no evidence, or very weak evidence’ to back up this idea. The message is clear: ‘Teachers must ditch… learning styles.’

No evidence to back idea of learning styles (Firmantes al final)

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