Una noticia de la agencia EFE publicada en el diario Expreso el 25-1-1997 dice: «los niños mexicanos dedican en promedio 2,000 horas al año a ver la televisión, lo que contrasta con las 600 horas que acuden a la escuela en el mismo período, según un estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM). El documento, elaborado por expertos en psicología y comunicación, señala que al menos el 67% de los programas que se trasmiten por la televisión mexicana tienen contenidos de violencia y agresividad. A los 15 años de edad, se estima que el menor habrá visto más de 7,300 crímenes en la televisión.
Por su parte el investigador norteamericano Leonard Jason sostiene que en los años 1970´s el niño americano medio veía de 2,5 horas diarias de TV, mientras que una década después subió a 4 horas diarias. Inclusive hay 25% de los niños norteamericanos que ven entre 4 y 11 horas diarias de TV.
En la columna de Cedro titulada «Apaga la Tele» (Diario Gestión, 16/3/1997) se cita a la neurobióloga estadounidense Dra. Carla Hannaford diciendo que «la televisión y los juegos electrónicos aumentan el nivel de tensión nerviosa en los niños, que incluso pueden derivar en desórdenes mentales graves…» ..» los niños responden a los estímulos del televisor como si fueran reales, por lo cual su cerebro se prepara para una respuesta física…» …»El problema sobreviene cuando la natural producción de adrenalina que ocasiona la tensión provoca a la larga una disminución de la memoria y el entorpecimiento del proceso de aprendizaje…»
Investigaciones similares ya se encuentran en muchos países, y llevan a la inexorable conclusión que la televisión puede tener efectos positivos en el los espectadores, por sus posibilidades recreativas, informativas y de ampliación de las fronteras culturales, pero a su vez puede tener efectos perniciosos, dependiendo de la frecuencia y los contenidos de los programas más vistos.
También hay suficiente investigación educacional que muestra que hay una relación entre el mayor tiempo de exposición ante la televisión y el menor rendimiento escolar, por lo que es común escuchar que en las escuelas se sataniza a la televisión.

BENEFICIOS
Sin embargo, lo anterior no debe llevarnos a dejar de reconocer que la televisión puede traer al mundo de los niños una serie de beneficios, uno de los cuales es su capacidad de encuadrar al niño dentro de un sentido de realidad y actualidad. A su vez, hay efectos beneficios para el aprendizaje por televisión, comparado con los tradicionalesaprendizajes en el aula. La televisión motiva una atención libre, contrastando con la actividad del aula que es obligatoria y con un currículo pre establecido. La televisión ofrece imágenes plásticas y sintéticas que condensan información, mientras que la escuela más bien se explaya en detalles. La televisión estimula la emoción y la estética, mientras que la clase escolar estimula solo la instrucción. La televisión habla de mundo y del país, mientras la escuela habla del aula y los libros. Con la televisión se viaja constantemente, en el aula se mantiene la situación estática.

REFLEXIÓN
¿Cómo reducir riesgos y aumentar la utilización positiva de lo que aportan los medios, especialmente el televisivo en el caso de los niños? Posiblemente la respuesta sea que debemos ayudar a los niños para que aprendan a ver la televisión, y a escoger su «dieta y su menú televisivo».
La introducción de la televisión al quehacer escolar habitual, con su lenguaje audiovisual, imágenes, metáforas, movimientos y con su característica de ser un texto mediador entre la realidad y el espectador, permite crear una cultura audiovisual que es necesaria para todo ciudadano del siglo XXI. «Aprender a ver televisión», analizar la información del día que ella trae, procesarla, discutirla, gozarla o descartarla, aprender a distinguir entre datos y opiniones, aprender a entrevistar, etc. son actividades útiles que pueden realizarse en la escuela haciendo uso de los medios en el propio aula de clases. En otras palabras, dos actividades pedagógicas que pueden ser estimulados por el uso de los medios son la búsqueda de información y la capacidad de construirla el conocimiento.
Hagamos un esfuerzo por traer la televisión al aula, y enseñarles a los alumnos a sacarle el mayor provecho, así como a tomar distancias de sus potenciales perjuicios. Este es otro de los desafíos de la modernidad que deben encarar los profesores. Si los alumnos aprenden a seleccionar los canales y los programas adecuadamente, pueden llegar a convertir a la televisión en una importante fuente de información para el trabajo educativo formal.

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