¿Cómo hacer para que durante el próximo quinquenio de gobierno 2006-2011 la educación peruana se proyecte entre las mejores de América Latina?
Primero, siendo optimistas. Es posible en plazos relativamente cortos relanzar nuestra educación con inteligencia, audacia, creatividad y apoyo político. Tomando como base la propuesta del Proyecto Educativo Nacional 2006-2021, presentada por el Consejo Nacional de Educación, se puede armar el primer tramo 2006-2011.
Segundo, siendo realistas y pragmáticos. Ningún partido podrá hacerlo solo. Entonces el ganador y dos o tres partidos que quieran unirse en un pacto por la educación, y que sumen más de 65 congresistas, podrían convenir en una agenda innovadora concertada para los cinco años que incluya el incremento presupuestal automático del 0.25% del PBI al año. Asimismo, el nombramiento del ministro, que sería un «Zar de la Educación» por cinco años, siguiendo un esquema de respaldo similar al usado para que Beatriz Merino acepte la Defensoría del Pueblo. Este Zar escogería entre los principales expertos de los partidos aliados a un equipo que se integraría a los cuadros técnicos del sector.
Tercero, siendo eficientes. Cada partido aliado del pacto aportaría a sus tres técnicos más calificados en educación y legislación educativa para conformar una mesa consultiva de especialistas que precalifiquen las iniciativas legislativas requeridas para poner en marcha la agenda educativa consensuada. Los proyectos de normas aprobadas por este equipo técnico multipartidario se presentarían con carácter de urgencia a la Comisión de Educación del Congreso y de allí al pleno para su aprobación inmediata.
Cuarto, siendo desprendidos por el país, deponiendo recelos y cuentas pendientes del pasado. Quienes asuman funciones en este equipo tienen que renunciar a rivalidades y desacuerdos originados en el pasado (exceptuando los casos de corrupción) para poner la salvación de la educación como meta común. Eso incluye además concordar con los dirigentes magisteriales el plan de desarrollo magisterial para los siguientes cinco años.
Quinto, siendo limpios y transparentes. Toda decisión que suponga inversiones o contratos deberá contar con veedores y auditores calificados para cada operación, escogidos entre los ciudadanos más dignos que quieran colaborar aportando su sapiencia y honestidad, que podrían incluir por ejemplo a los amautas con «Palmas Magisteriales» y a jubilados notables.
Relanzar la semicolapsada educación peruana exige coraje y desprendimiento, tarea que debe liderar el próximo gobierno si queremos ser viables como nación en el siglo XXI.