Los Padres y el currículo 2016 (León Trahtemberg, Revista Padres Cosas # 210) Diciembre 2015

El Ministerio de Educación estuvo recogiendo aportes de los integrantes de la comunidad educativa para formular un nuevo diseño curricular que se aplicaría experimentalmente en algunos colegios en el año 2016. Esta columna pretende colaborar en el esfuerzo ministerial con algunas reflexiones y aportes, y además convocar a los padres para que se interesen en el tema ya que afecta directamente la vida escolar de sus hijos.

La mayoría de los currículos de Latino América incluyendo el peruano parten del principio de que hay áreas curriculares inamovibles, así como objetivos o aprendizajes a lograr por todos los alumnos de cada grado, a partir de los cuales definen los estándares escolares. El perfil del egresado viene a ser una suma de estos aprendizajes de todas las áreas. Pienso que ese enfoque hay que repensarlo totalmente porque es el causante de buena parte del fracaso escolar y el sentimiento de desconexión y malestar que sienten muchos de los alumnos que asisten a los diversos colegios del país. Veamos algunos de esos problemas.

1). Ser buen ciudadano, con alta autoestima, informado, competente, comprometido con los problemas nacionales y globales, con capacidad de proponer soluciones, preocupado por el bienestar común, ¿debe ser un punto de llegada o de partida del diseño curricular escolar? En mi opinión, el currículo debe estar al servicio de este gran objetivo, ser su punto de partida, ya que es más que evidente actualmente que no podrá ser el resultado de la suma de las competencias que se espera lograr por las áreas curriculares diferenciadas actualmente existentes. Basta observar el comportamiento ciudadano de los millones de egresados del sistema educativo de las generaciones anteriores.

2). Ser feliz, disfrutar de la vida escolar, sentirse exitoso y competente, cultivar sus fortalezas reconociendo sus debilidades ¿debe ser un objetivo transversal y omnipresente? Pienso que sí, pero ello no calza con la situación actual en la que la mayoría de los alumnos se siente ahogado en la escuela y egresa de ella acumulando un historial de fracasos y sentimientos de “no saber nada”.

3). En un sistema educativo y curricular orientado principalmente a que el alumno conteste las preguntas de los profesores, asumiendo que hay una sola respuesta correcta -la del profesor o el libro- que hay que colocar en las tareas o exámenes, ¿es una vía para estimular el pensamiento creativo y original? Pienso que no, y que debería haber un fuerte incentivo a que los alumnos desarrollen su vocación por preguntar, investigar en ambientes de incertidumbre, analizar diversas posibilidades de solución para un mismo problema, etc. en el contexto de una cultura de creación de conocimientos más que de reproducción de los ya existentes.

4). La realidad muestra que en cada grado tenemos alumnos con retraso en los niveles de aprendizaje, que corresponden a los niveles de los grados anteriores. Por ejemplo en 6to. grado tenemos alumnos que en algunas áreas están al nivel de 2do. ó 4to. grado. Siendo así, trabajar todos con los mismos estándares, libros y cuadernos de 6to. grado automáticamente produce el fracaso de todos aquellos que no están a ese nivel. En el objetivo de lograr que todos los alumnos tengan éxito ¿es viable un currículo por estándares y habilidades uniformes a todos los alumnos de cada grado? Pienso que no y que el currículo debe diseñarse para permitir la diferenciación de aprendizajes esperados por cada alumno, reconociendo la diversidad existente en cada grado.

ESPECIALISTAS
Lógicamente si el ministerio convoca expertos de cada una de las áreas (matemáticas, comunicación, ciencias naturales, ciencias sociales, artes, educación física y tecnología) lo que ellos producirán será un desarrollo secuencial de los aprendizajes de cada disciplina, pero sin contextualizar ni considerar la integración interdisciplinaria. Así los de matemáticos no tienen idea de lo que proponen los de ciencias sociales y los de arte no se articulan con los de ciencias. ¿Por qué pretender que los alumnos integren y contextualicen aquello que los especialistas del ministerio no saben cómo integrar?

Por ejemplo, pensando en los grandes problemas nacionales que como futuros ciudadanos los alumnos debieran aprender a confrontar para buscar soluciones, ¿en qué área estudiarían de manera interdisciplinaria y contextualizada temas como pobreza, desempleo, seguridad ciudadana, corrupción, tránsito y transporte, calentamiento global, contaminación ambiental, falta de institucionalidad, burocracia ineficiente, estado disfuncional, conflictos mineros, violencia familiar, cáncer, sida, destrucción de viviendas y muertes ante desastres naturales, destrozos reiterados por huaicos, saqueo de lugares arqueológicos, corriente del niño, sequías, heladas; falta de justicia, ineficiencia en educación y salud; etc.? Si los grandes problemas nacionales sobre los cuales deben actuar y tomar posición los ciudadanos no entran en la escuela, ¿cuándo aprenderán los alumnos a analizarlos y a tomar posición?; ¿Cómo se construye ciudadanía sin abordar esos temas desde que los niños son menores?

PILARES
Lo que la educación peruana necesita es una revolución curricular, que esté inspirada en algunos pilares que suponen actitudes y habilidades de los alumnos, que propongo sean los siguientes:

1) Disfrutar aprendiendo, cultivar la pasión por aprender, sentirse creador de conocimientos, sentirse exitoso. (Por ejemplo, proponerse lograr niños que disfruten de ir al colegio, quieran saber más sobre los temas estudiados en clase, que exhiban los conocimientos que construyeron en ella, en vez de buscar mortificados que evadir el colegio y que alguien les haga sus tareas).

2) Pensar, razonar, investigar, diseñar soluciones y esencialmente tener la capacidad de preguntar qué, porqué, qué pasaría si, cómo se haría… (Por ejemplo, pedir que en los exámenes los alumnos hagan buenas preguntas sobre aquellos aspectos más complejos y aún no resueltos de los temas estudiados, en vez de pedirles que den las respuestas que les enseñó el profesor).

3) Respetar la diversidad, las inteligencias múltiples, las diversidades de fortalezas y debilidades de cada uno, las diversidades sociales dentro y fuera del aula (Por ejemplo, ¿cómo un alumno de contextura atlética y uno con serios problemas de coordinación motora participan y son evaluados dentro de una misma clase de educación física estimulando a ambos y sin frustrar a ninguno?)

4) Aprendizaje contextualizado interdisciplinario, a través de un tratamiento multidisciplinario de los temas cruciales y el desarrollo de proyectos colaborativos interdisciplinarios (Por ejemplo, ¿qué hacer para incentivar la donación de órganos para salvar vidas?)

5) Interactuar con la realidad, analizarla, conocerla, comprometerse con ella, sus problemas y posibilidades, plantear soluciones. (Por ejemplo ¿cómo resolverían el problema del tránsito o la seguridad en Lima?)

PADRES
Alumnos que egresen del colegio con este perfil, sin duda serán buenos ciudadanos y podrán realizarse en las actividades que escojan hacer en su vida pos escolar.

Aquí es donde los padres tienen un rol que cumplir. Muchos colegios tienen deseos de replantear su abordaje pedagógico y curricular, pero sienten que les resulta difícil porque los padres presionan para mantener los enfoques tradicionales que les dan la seguridad de algo conocido. Junto con ello, los mismos padres se quejan que los colegios son muy rígidos, asfixian a los alumnos con tareas, y tienen que suplir las deficiencias del colegio con profesores particulares e infinitas terapias.

¿No es hora acaso de una gran alianza padres-colegios en pro de una educación a tono con los tiempos, que considere las capacidades que un egresado escolar de estos tiempos debe haber adquirido, y que sienta que la vida escolar ha sido una experiencia interesante y estimulante?

No deja de sorprenderme la cantidad de padres que me dicen “quiero que mi hijo sea feliz y que disfrute de su vida escolar”, pero que a su vez les exigen que se sometan a los obsoletos modelos pedagógicos y curriculares que producen todo lo contrario.

Es hora de plantear que sentirse exitoso sea el principal logro de todo egresado de un colegio, y junto con ello, ser una persona comprometida con su ciudadanía y la vocación por el bien común. El diseño curricular y los abordajes pedagógicos y de evaluación escolares actuales lo hacen imposible. Son mayoritarios los que egresan con sensación de fracaso e infelicidad (exceptuando quizás los disfrutes sociales de la vida escolar). Sobre la base de egresados frustrados con su escolaridad no se cultivan ciudadanos apasionados por el aprendizaje, responsables, inclusivos ni comprometidos con la justicia y el bien común.

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