Un artículo sobre una conferencia a estudiantes de pedagogía del año 2005 que publiqué recién en mi facebook titulado “No estudies Educación” respondía a la pregunta ¿cuál es su mensaje a los futuros profesores?
Mi respuesta fue: «No estudien educación». Extrañados, repreguntaron por qué. Les dije: «No estudien educación si esperan que los gobiernos cumplan sus promesas y resuelvan sus carencias; si esperan ser tratados como verdaderos profesionales a la par de los médicos, ingenieros o abogados; si quieren garantizarse ingresos decorosos; si no están dispuestos a nadar contra la corriente».
Cuando después me preguntaron sobre la calidad de la formación docente les dije: «Deben saber que, salvo escasas excepciones, lo que les han enseñado hasta hoy en los institutos pedagógicos y facultades de educación no sirve para lidiar exitosamente con la mayoría de los alumnos que encontrarán en las aulas. Si cuando sean profesores van a hacer con sus alumnos lo mismo que por décadas sus antecesores hicieron con ustedes, obtendrán los mismos resultados insatisfactorios. Para eso, mejor no estudien educación”.
No se trata de culpar a los maestros por el bajo desempeño de los escolares, ni de poner en duda la enorme vocación y sacrificio de muchos de ellos, -sin los cuales millones de niños latinoamericanos no se hubieran alfabetizado o siquiera pisado una escuela-. Se trata de señalar que es el sistema vigente y los actores políticos los que han degradado la educación.
Por eso en tanto eso no cambie -y parece que pasará aún un buen tiempo- la docencia en nuestros países será un reto solo para los fuertes, para quienes tienen sólidas convicciones, ideales e inspiraciones, para quienes se sienten capaces de luchar por sus derechos desde la arena política pero sin contaminar el aula y sin convertir a los alumnos en las víctimas de su adoctrinamiento o agresión. Por eso mi mensaje a los jóvenes es que estudien educación si se sienten capaces de ser creadores, hacer cosas diferentes y romper con el pasado. Estudien educación si quieren realizar su vocación navegando contra la corriente, muchas veces solitarios, tolerando la incomprensión y los golpes desde diversos flancos. Estudien educación si creen en su país, si son capaces de verse realizados a través de los éxitos de sus alumnos con más limitaciones. Aquellos que quieran limitarse a cumplir una profesión de manera rutinaria, sosegada, siguiendo solamente las pautas que le han dado sus profesores, están perdiendo el tiempo. Entrar a la educación es entrar a un mundo en el que tenemos que cambiarlo casi todo. El que no esté dispuesto a eso, mejor que se retire.
Junto con todo ello resulta fundamental promover el reconocimiento a los maestros que ya hacen una sobresaliente labor a favor de los alumnos y la comunidad con la que interactúa a pesar de todas las limitaciones objetivas conocidas. Se trata de hacerles sentir que son “maestos VIP” (very important person)
En ese sentido es loable la iniciativa de Interbank con el concurso “El Maestro que Deja Huella” que este año se realiza nuevamente y cuyas inscripciones se cierran en dos semanas más. Este concurso está abierto a todos los profesores de las diversas disciplinas de Educación Inicial, Primaria, Secundaria y Especial, de colegios públicos, urbanas o rurales en todo el territorio nacional.
El premio para el ganador nacional consiste en un departamento, un automóvil “0 kilómetros”, diversos materiales educativos, una beca para estudios de post grado y una donación de US$ 5,000 para la institución educativa a la que pertenece, para fines de implementación. A eso se agregan premios para los 26 ganadores regionales que vendrán a Lima a principios de julio para participar de la gran final.
Para participar basta con llenar un formulario muy sencillo que se encuentra en las tiendas de Interbank o en internet en www.maestroquedejahuella.com.pe relatando las razones por las que cree merecer ser premiado. Pueden llenarlo los mismos maestros o algún colega, exalumno o padre de familia que quiera resaltar la labor de un maestro.
No dejen pasar la oportunidad de dar un reconocimiento a los buenos maestros.
Artículos afínes
Huellas y maestros (Roberto Lerner)

Esta lectura es absolutamente imprescindible. Ser maestro en el Perú. José Luis JUAN DE DIOS ORTIZ maestro de escuela Rural unidocente del pueblecito Bethania enclavado en las alturas de la provincia de Yauyos del departamento de Lima, a 4970 msnm.

¡Qué belleza! Cómo puede un profesor cambiar la vida de un niño. Benjamin Zander, director de orquesta.

Versión completa: “Dirigir una orquesta es una buena metáfora para la vida”. Benjamin Zander, uno de los directores de orquesta más reputados del mundo. En este vídeo comenta sus ideas pedagógicas y transmite con pasión su amor por la música. Es además autor de varios libros entre los que destaca el best seller ‘El arte de lo posible’.

Maestros que Dejaron Huella en el 2011