Mi columna “Laptops a 10 dólares” (6/2/2009) fue replicada hostilmente por Oscar Becerra vía RPP y El Comercio. Qué bien que el Minedu defienda sus argumentos. Qué mal apelar al ataque personal.

Becerra y yo creemos que los niños del siglo XXI deben tener acceso a la informática e Internet. Discrepamos respecto a las razones y los mecanismos. Para Becerra la razón principal es pedagógica: con las laptops los alumnos beneficiarios aprenderán mejor sus materias escolares. Para mí las razones son culturales y sociales: acceder a las TICs es un requisito para ser ciudadano del siglo XXI, independientemente del aprendizaje escolar.

Para Becerra es preferible comprar 100,000 laptops anuales para alumnos de primaria. Para mi, con el mismo dinero, es preferible darle acceso gratuito a internet a la brevedad a los 6.5 millones de alumnos de primaria y secundaria y 300,00 profesores, pagados por el estado en miles de cabinas y centros proveedores de acceso a Internet, (dando oportunidades para crear MYPE’s).

Becerra cree que Perú ha descubierto la pólvora educativa con estas laptops. Yo tengo serias dudas y las he fundamentado. El problema es que Becerra recorta selectivamente mis argumentos para luego atacarme personalmente acusándome no solo de ambivalente sino de incapaz, pese a que su jefe el ministro Chang me ha invitado a integrar el Consejo Nacional de Educación para un 2do período.

Me sorprende que a falta de argumentos para confrontar mis legítimas críticas me trate de descalificar con ataques personales. Si Becerra no es capaz de digerir críticas de manera profesional y alturada, me pregunto cómo será cuando algún funcionario ministerial tenga que discrepar con él… ¿será honesto, exponiéndose al maltrato? ¿serán confiables las evaluaciones de impacto de las laptops hechas por quienes no quieren incomodarlo?
Usualmente, las reacciones hepáticas impulsivas personales contra un interlocutor crítico denotan inestabilidad emocional, inseguridad y temor a que se revelen cosas escondidas. ¿Será el caso?

Finalmente, Oscar Becerra como vocero del Minedu, en su forma de relacionarse con los peruanos, incluyendo a los discrepantes, encarna la figura del funcionario educador. Dificulto que sea el estilo avalado por el ministro Chang.