Políticas educativas para el éxito de niños de 0 a 3 años.
Resumen de la ponencia de León Trahtemberg

POLÍTICAS Y ESTRATEGIAS DE ÉXITO,

¿Cuál es el período decisivo en la vida de las personas para la construcción de su éxito personal, familiar y profesional? A juzgar por la investigación científica, es el período de 0 a 3 años. Si es así, la estrategia educativa más poderosa, proactiva, barata y de ma-yor efecto multiplicador es la inversión en el desarrollo de la primer infancia, a partir de políticas y estrategias de éxito, algunas de las cuales son:

1). Desarrollar una cultura de crianza que por un lado divulgue los hallazgos científicos y por otro lado implemente estrategias educativas preventivas y compensatorias de modo que los niños y niñas pobremente estimulados en sus hogares, reciban la estimu-lación adicional que les hace falta en los diversos espacios comunitarios que se imple-menten para tal fin. Eso incluye guarderías, wawa wasis, centros de estimulación tem-prana, ludotecas, actividades recreativas en parques y espacios comunales, programas educativos no formales y a través de medios de comunicación, etc. Todo esto debe plantearse desde la convergencia de esfuerzos intersectoriales, habida cuenta que son diversos los sectores que influyen en el desarrollo de la infancia, como Educación, Sa-lud, Promudeh, Interior, Trabajo, Agricultura, Presidencia, etc. Debería existir un Insti-tuto Nacional de la Infancia con rango de Ministerio para cumplir esa función de ar-ticulación intersectorial, estimulación y compensación temprana.

2). Es evidente que resulta preferible que los padres, adecuadamente orientados, se ocupen de la crianza de sus hijos en su primera infancia. Sin embargo, a falta de uno o ambos padres y frente a las crecientes evidencias del daño que hace la disociación y violencia familiar, el maltrato, abandono, la incomunicación y sub estimulación tempra-na en el hogar, los centros y programas de educación infantil deberán ir asumiendo paulatinamente el reto de dejar del ser el segundo hogar para convertirse en el primero. Superando todos los mitos del caso, estos centros deberán convertirse en sustitu-tos del hogar capaces de convertirse en los referentes más valiosos que puedan tener los niños para alcanzar alguna estabilidad y seguridad.

3). La principal estrategia compensatoria para el futuro éxito escolar es el enriqueci-miento del capital cultural de cada hogar así como el de los centros y programas de atención infantil. Para ello sugiero elaborar la lista de las 1,000 palabras de uso más frecuente en la escuela primaria, de modo que estas estén progresivamente pre-sentes en la estimulación inicial y en los materiales de lectura a ser entregados a los hogares, de modo que los padres los compartan con sus hijos.

4). El cuidado de la salud mental de los niños debe ser una de las responsabilidades educacionales centrales de quienes se ocupan de la infancia, ya que gran parte de los problemas que en el futuro interferirán con su adaptación social, aprendizaje y conduc-ta son de origen emocional. Una adecuada política de crianza debe poner atención no solo en las capacidades pedagógicas sino también en la personalidad y salud mental de la madre cuidadora, los animadores y profesores.
5) Una adecuada cultura de crianza debe enfatizar el rol de los varones en el desa-rrollo de los niños, incluyendo su presencia activa en los programas de los medios de comunicación dirigidos a los niños y en los programas de estimulación temprana. Esto exige luchar contra el mito de que la crianza es fundamentalmente tarea de las muje-res.
6). Dado el enorme valor educativo del juego, hay que poner énfasis en los institutos pedagógicos, facultades de educación, medios de comunicación y centros de estimula-ción infantil sobre la importancia del juego. Enseñarles a los padres y educadores formales y no formales a jugar con los niños y a estimular su desarrollo social.
7). Incorporar al abanico de actividades recomendadas para los infantes aquellas orien-tadas a estimular lo artístico y musical. Junto con lo anterior, los programas de esti-mulación infantil tienen que constituirse en oportunidades para el esparcimiento, que no solo estimulen el placer por aprender, sino que exponga a los niños a situaciones en los que experimenten con objetos y fenómenos físicos y biológicos, desarrollen su curiosidad, su afán de investigación y su creatividad. En todas estas tareas las bibliotecas infantiles comunales pueden desempeñar un rol central.
8). A nivel presupuestal, resulta imprescindible invertir la pirámide presupuestal invertida actualmente vigente. La existente parte del supuesto que a mayor edad se requiere una mayor inversión educacional, cuando todas las evidencias mostradas indi-can que el efecto multiplicador que tiene la inversión en la temprana infancia es largamente superior al de la primaria y secundaria, más aún en países que no tie-nen ninguna vocación ni capacidad para compensar o rehabilitar a quines crecen con problemas.

UNA EDUCACIÓN PARA EL ÉXITO

Para lograr todo lo sugerido, hay que aumentar los reflejos del sistema educativo para responder de inmediato a los desafíos del cambiante medio ambiente, vencer las resis-tencias para innovar, y buscar caminos no convencionales para hacerlo. En otras pala-bras, agilizar la respuesta de las instituciones educacionales para alcanzar su máxima efectividad. Un ejemplo típico es el de los Wawa Wasis que deberían ser reformulados para no convertirse en oportunidades perdidas. Estos hogares que congregan a niños de 0 a 2 años, debería ser el ámbito más importante del sistema educativo, porque allí existe la oportunidad real de compensar las diferencias que en el futuro se nota-rán entre los niños de hogares solventes y aquellos de hogares carenciados. La-mentablemente, tal como está diseñado, las madres voluntarias que están a cargo de los niños les transmiten las mismas limitaciones culturales que ellas tienen, perdiendo la oportunidad de estimular a los niños hacia niveles a los que habitualmente no llega-rían. Hay un absurdo en todo esto que debe repensarse.
Resumiendo, tenemos que desarrollar nuestra capacidad de preguntarnos, si el mundo científico y académico está perfectamente conciente de que en los primeros cinco años de vida se desarrolla el 80% o más de las características físicas, intelectuales y psico-lógicas de una persona, ¿cómo es posible que el sistema educativo recién intervenga después de los cinco años para la mayoría de los niños peruanos? Daría la impresión que los gobiernos creen que la vida de los niños empieza a los cinco años. Esa es una de las principales fuentes de ineficiencia y frustración en los niños peruanos.
Debemos abandonar esta pedagogía masoquista que obliga a los niños a fracasar, que cría generaciones de perdedores para empezar a forjar ganadores. Ello requiere pro-mover una nueva cultura educacional, cuya consigna explícita sea que todos los ni-ños deben tener éxito.
Para que ello sea posible se requiere que la atención integral de calidad a los niños de 0 a 3 años sea entendida como un derecho universal más que una política asistencial, por su potencial para estimular y compensar las desigualdades, facilitar el trabajo fe-menino, y permitir la conciliación de la vida laboral y familiar de ambos padres con el de los hijos. Este potencial aún no ha sido reconocida y aprovechada por nuestros gobier-nos que no logran entender que invertir en la atención infantil temprana es un excelente negocio nacional, porque cultiva los factores de éxito de la persona, los cuales influirán en la formación de personalidades sanas capaces de conformar una sociedad demo-crática, tolerante, equitativa, productiva y emprendedora.