Resulta lamentable la manera tan burda como se usan las estadísticas para justificar cualquier cosa de modo populista y triunfalista. El caso más reciente del uso comparativo de los porcentajes de los aprobados en los exámenes tomados a los profesores postulantes a plazas de contratados en Lima entre el 2009 y el 2008 resulta realmente escandaloso. Usar resultados de exámenes que no tienen ninguna posibilidad de ser comparados para deducir que los profesores peruanos están mejorando gracias a las políticas de evaluación y capacitación docente del gobierno resulta inaudito, no solo porque esos postulantes no fueron capacitados por el estado sino porque el uso de las cifras no tiene mayor sentido. Veamos primero las declaraciones.

El Peruano y Andina citan el 23 de febrero al presidente Alan García diciendo que el Perú vive una revolución silenciosa en la educación, con avances importantes en capacitación docente, ya que “este año lograron aprobar el examen para tener derecho a nombramiento casi 30 por ciento de los maestros en Lima, frente a 3 por ciento del año pasado”.

Por su parte Perú 21 cita el 17 de febrero al viceministro Víctor Raúl Díaz diciendo que de acuerdo con las cifras oficiales, de los 17 mil 297 profesores de Lima que postularon a una de estas plazas, 8 mil 728 obtuvieron notas superiores a 11, es decir, el 50.4%. Un dato que contrasta enormemente con los exhibidos en evaluaciones anteriores, lo que constituye «un salto espectacular” en el desempeño de los profesores. Hizo alusión al concurso para nombramiento de docentes de marzo de 2008 en el cual solo 4.7% de los 174 mil postulantes logró obtener una nota aprobatoria.

A su vez la congresista y ex Ministra de Educación y actual Ministra del interior Mercedes Cabanillas es citada por Andina el 17 de febrero diciendo que “resaltó la labor del Ministerio de Educación cuyas políticas de evaluación están dando buenos resultados. Prueba de ello es que el 50.4 por ciento de profesores que participaron en el concurso de plazas para contratación obtuvieron notas superiores a 11; a diferencia del año pasado, en que sólo aprobaron el 4.7 por ciento, destacó. Este examen demuestra que política de evaluación está dando buenos resultados, porque evidencia que los profesores están preparándose”.

Para el mejor entendimiento de los lectores que no son tan versados en el tema de las comparaciones de resultados de evaluaciones distintas veamos primero un ejercicio.
Reto para nuestros lectores: responda rápidamente, en base al cálculo mental, a las siguientes 6 preguntas de este breve examen: 6.5 x 8 = a ; 4.5/0.9= b ; 2 ¼ +3 1/3 = c; 12.5% de 80 = d; 1.5 al cuadrado= e ; raíz cuadrada de 0.0004 = f. ¿Logró contestar unas 3 de ellas? Entonces tiene nota 11.
Pasemos ahora al segundo examen: 2 + 3= a; 6 x 8 = b; 12/6 = c; 3 al cuadrado= d; raíz cuadrada de 16= e; 10% de 50 = f; ¿Logró contestar unas 5 de ellas? Entonces tiene nota 17.

¿Qué dirían funcionarios triunfalistas del ministerio de educación, si los maestros sacan 17 en el segundo examen habiendo sacado 11 en el primero? Que los maestros han mejorado en su desempeño, porque ahora sacan mejores notas que antes; más maestros aprobaron este examen que el anterior. ¿Qué diría cualquier persona con algo de sentido común y entendimiento estadístico? 1) Los exámenes 1 y 2 no son comparables, porque siendo diferentes y con grados de dificultad diferentes no hay comparación posible. 2) Sacar 11 en examen difícil vale más que sacar 17 en examen fácil. Por lo tanto, por extensión a la evaluación de contratados del 2009 respecto al 2008, no se puede sacar absolutamente ninguna conclusión respecto al mejoramiento del desempeño de los profesores.

Sin embargo, algunos congresistas y altos funcionarios gobiernistas triunfalistas han usado estos resultados para elogiar al Ministerio de Educación por su labor (pese a que no hizo nada con los aspirantes a ser contratados) diciendo que sus políticas de evaluación están dando buenos resultados, ya que en el 2009 aprobó el 50.4% de los profesores que participaron en el concurso de plazas para contratación a diferencia del año pasado, en que sólo aprobó el 4.7%. Eso evidenciaría un “salto espectacular” en el desempeño de los maestros.

No seamos ingenuos. Si se hacen 26 exámenes diferentes en 26 regiones diferentes que contrataron cada una a otra institución para su elaboración, sus resultados no son comparables. A su vez, si el examen aplicado este año 2009 es distinto (y más sencillo en Lima) que el del 2008, ¿Cómo se pueden comparar los resultados y regocijarse de ellos?

Ha que tener mucho cuidado con estos anuncios triunfalistas.