Correo 17 02 2017

Una reciente investigación ha demostrado que el aprendizaje de los estudiantes y el rendimiento cognitivo pueden verse influidos por reacciones emocionales como el goce, la ansiedad y el aburrimiento y eso se instala desde las primeras aproximaciones a las matemáticas en la educación primaria. (De tanto correr al inicio nunca llegamos a la meta). Esto quedó evidenciado en un estudio longitudinal realizado por investigadores de la Universidad de Munich, la Universidad Católica de Australia, la Universidad de Oxford, la Universidad de Reading, la Universidad de Konstanz y la Universidad docente de Thurgau.

La investigación incluyó evaluaciones anuales de las emociones y logros en matemáticas en 3.425 estudiantes alemanes del 5to y 9no grado. Encontraron que estudiantes con mayor inteligencia tenían mejores notas y resultados en los exámenes, pero aquellos que también disfrutaban y se enorgullecían de las matemáticas tenían un logro aún mejor. En cambio, los estudiantes que experimentaron cólera, ansiedad, vergüenza, aburrimiento o desesperanza tuvieron logros más bajos. Específicamente, la investigación sugiere que las emociones influyen en el rendimiento de los adolescentes por encima de los efectos de la capacidad cognitiva general y los logros anteriores. (Pekrun, Lichtenfeld, Marsh, Murayama, Goetz; Achievement Emotions and Academic Performance: Longitudinal Models of Reciprocal Effects. Child Development, 2017).

La conclusión es evidente: si los alumnos inician su vida escolar con un sentimiento de incompetencia y fracaso en matemáticas, eso retroalimentará sus dificultades futuras. Por lo tanto hay que procurar exactamente lo contrario, a contrapelo de lo que usualmente ocurre en los colegios peruanos.

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Los estudiantes que disfrutan de las matemáticas tienen mejores logros matemáticos a largo plazo según un estudio longitudinal de 3.425 estudiantes alemanes de los grados 5 al 9.Encontraron que los estudiantes que disfrutaban y se enorgullecían de sus capacidades para las matemáticas tenían un logro aún mejor que los estudiantes con mayor inteligencia. Las investigaciones han demostrado que el aprendizaje y el rendimiento cognitivo de los estudiantes pueden verse influenciados por reacciones emocionales al aprendizaje, como el goce, la ansiedad y el aburrimiento. La mayoría de los estudios sobre este tema se han realizado en laboratorios. Ahora un nuevo estudio longitudinal de Alemania investiga cómo las emociones de los estudiantes en un contexto escolar se relacionan con su logro. (U. de Munich y U. Católica Australiana) Journal Reference: Reinhard Pekrun, Stephanie Lichtenfeld, Herbert W. Marsh, Kou Murayama, Thomas Goetz. Achievement Emotions and Academic Performance: Longitudinal Models of Reciprocal Effects. Child Development, 2017; DOI: 10.1111/cdev.12704

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Jo Boaler, profesora de matemática de la Universidad de Stanford, sostiene que la actual enseñanza de esta rama tiene mucho de procedimientos y cálculos, pero muy poco de entendimiento.
Por ello, la investigadora tiene en la mira a dos de los grandes culpables de nuestros problemas actuales (y de nuestros tormentos pasados): los exámenes y las tareas.
(LT: OJO. Es una radiografía de la situación del empleado de hoy que se ubicó en base a las competencias del pasado. Es decir, corresponde a la generación de adultos de hoy, y no la de mañana que se está formando hoy para el futuro) «Ser bueno en matemáticas puede aumentar el salario hasta un 22%. La OCDE ha evaluado los conocimientos numéricos y de comprensión lectora de miles de trabajadores»