Cuando los analistas escribimos una columna, tenemos la expectativa de que sea leída no sólo por seguidores o lectores al azar atraídos por el título o la ocasional compra del diario, sino también por las autoridades que tienen la capacidad de tomar decisiones sobre los temas en discusión. Mi limitada capacidad ha hecho infructuosos mis intentos de ser leído y sobre todo entendido por los ministros de Educación y los presidentes, a juzgar por los hechos (aunque a veces me parece sentir en el rechazo del presidente García hacia quienes discrepan de sus políticas que estoy incluido en sus ataques y expresiones de intolerancia). De modo que sólo me queda soñar con una situación en la que analistas como yo somos escuchados, leídos y eventualmente entendidos por los decisores, aun si no se nos hace caso. En mis sueños, Chang y García saben de sus propias evaluaciones censales que de los 300,000 maestros de la escuela pública, sólo 15% domina la aritmética escolar básica y 52% la comprensión lectora. Por lo tanto, con su actual estrategia de capacitación de 35,000 docentes en el 2007 (de los que 1/3 desaprobaron en comunicación y 2/3 en matemáticas) y otros 75,000 en el 2008, seguiremos por muchos años poniendo a millones de niños de la escuela pública en manos de maestros que enseñan matemáticas sin saber la aritmética básica, y enseñan lenguaje y comunicación sin siquiera comprender bien los textos de enseñanza. En mis sueños, el presidente García toma la decisión estratégica de impedir que esto continúe en el año 2009 y convoca a una diversidad de especialistas y gestores educativos para que le traigan la respuesta a la pregunta: sin importar el costo, ¿cómo aseguramos que el próximo año ningún alumno vuelva a estar en manos de un profesor que no domina lo que debe enseñar?, alejándose de la pregunta convencional: ¿qué podemos hacer con los pocos recursos humanos y económicos actualmente disponibles para el sector? En mis sueños, las pistas que le dan los interlocutores le permiten deducir cómo hacerlo y acto seguido García ordena a sus funcionarios: «Manos a la obra, Carranza, financie usted estos planteamientos, aunque nos cueste 1% del PBI». En mis sueños, a partir del 2009 la enseñanza con una mínima garantía de calidad empieza a realizarse en todos los colegios del Perú. Pero son sólo sueños. Regresemos entonces a la realidad y a las lamentaciones.