A lo largo del siglo veinte, los gobiernos han ofrecido “lindas declaraciones” sobre cómo mejorar la educación, pero hasta el momento todas se quedaron en el papel o produjeron realizaciones escasas y deficientes. Por ello, es imprescindible aprovechar la coyuntura democrática para hacer mejor las cosas e iniciar una reforma profunda y viable a mediano y largo plazo.
Así lo comentó el educador León Trahtemberg, integrante del Consejo Nacional de Educación, cuya misión es formular los objetivos, políticas y planes para el desarrollo de la educación a mediano y largo plazo.
Dicho consejo fue creado por Decreto Supremo 010-2002-ED , como un “organismo plural y autónomo y está presidido por el sacerdote Ricardo Morales, e integrado por 25 personalidades destacadas en el campo de la educación.
Según Trahtemberg, la última gran reforma educativa que se inició durante el gobierno del general Juan Velasco, “nació muerta, como nace cualquier reforma impuesta por militares o civiles en un ambiente no democrático y sin involucrar la voluntad de la ciudadanía y los profesionales en la educación”.
Señaló que la idea de Toledo de bonificar los sueldos de los maestros que enseñan en las zonas más necesitadas “es muy buena, porque es un tremendo incentivo. Ojalá que no sea una bonificación simbólica sino algo muy significativo. Si no, pocos profesores van a asumir el reto”, puntualizó.