Hace un par de semanas se publicaron cuatro noticias que pintan de cuerpo entero nuestra realidad económico-social. El miércoles 11 de agosto Pedro Pablo Kuczynsky informó a la prensa que el crecimiento económico del país entre 2001 y 2004 ha mejorado el empleo y las remuneraciones en los sectores modernos de la economía, pero ha deteriorado los de los sectores más atrasados. Han crecido los empleos para egresados de secundaria (6.6%) superior técnica (2.5%) y universidad (10.5%) pero en cambio han decrecido los empleos para los peruanos que tienen solo educación primaria (-4%) y secundaria incompleta (-5.6%). A su vez, por tamaño de empresa, en las que tienen de 1-10 trabajadores el empleo subió 0.8% y las remuneraciones 1.7%, en las de 11-50 trabajadores subió 20.5% el empleo y 6.1% las remuneraciones y en las de más de 51 trabajadores subió 9.7% el empleo y 1.0% las remuneraciones. Es decir, se han deprimido más los sectores más pobres y retrasados de la economía, que contratan trabajadores manuales con empleos precarios, y en cambio crecieron los sectores modernos de la economía, que contratan profesionales que manejan tecnología y desarrollan innovaciones principalmente en las industrias textil, confección, cuero, sustancias químicas, refinería de petróleo, caucho, plástico, metálica y no metálica, producción de alimentos, bebidas y tabaco. Finalmente, informó que la caída del empleo y las remuneraciones ha sido mayor en las regiones del sur que en el centro y norte donde hay más agricultura y minería. Resumiendo, el crecimiento económico se embolsa en los niveles socieoeconómicos A, B y eventualmente C lo que aumenta sus brechas con las poblaciones mayoritarias de los niveles socioeconómicos D y E.
La segunda noticia corresponde al informe que presentaron la Universidad del Pacífico y las ONG Save The Children, Acción por los niños y Cesip, las cuales han creado el “Observatorio para la Infancia y Adolescencia: ¿Los niños… primero?”. Según este informe un niño pobre de Lima recibe 6 veces más dinero de INABIF, 3 veces del PRONAA y 10 veces más del Ministerio de Salud respecto a un niño pobre de Huancavelica o Apurímac. Como resultado de esto, además de la mortandad infantil (unos 20,000 niños al año menores de un año mueren por enfermedades prevenibles), 4 de cada 10 niños sufre enanismo en el ámbito rural debido a la desnutrición crónica. Todo esto quiere decir que las políticas sociales tienen instaladas estructuralmente un enfoque discriminador en contra de los sectores más necesitados y vulnerables.
La tercera noticia viene de la OIT que publicó un informe sobre el empleo juvenil en el mundo señalando que los jóvenes que logran conseguir un primer empleo formal de 3 meses aumentan sus probabilidades de ser reempleados en el futuro, en cambio los que no consiguen un primer empleo formal más o menos continuo pueden quedar desempleados por muchos años y son los candidatos naturales a la delincuencia, promiscuidad y los vicios. Eso quiere decir que proveerles la oportunidad de un empleo por 3 meses a los jóvenes es una acción proactiva del estado que no solo se orienta a buscar la equidad de oportunidades sino la disminución de los problemas sociales consecuentes.
La cuarta noticia es que en agosto se cumple un año de la entrega del informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que además del informe mismo contiene recomendaciones que están a la espera que el gobierno las asuma e implemente y que el Congreso monitoree a través de una comisión especial.
Lo que nos dice la CVR, es que el modelo de estado y de su acción social lo único que está haciendo es agrandar las brechas de inequidad y consolidar la fractura social que divide al Perú entre los que acceden a los servicios públicos y privados, y quienes no tienen acceso a ellos y ni siquiera a documentos de identidad que acrediten que existen o que poseen algún bien.
Si integramos las cuatro noticias lo que encontramos es que dejar las cosas como están libradas a la inercia de la acción del estado tal como está estructurado y a la inercia del crecimiento económico tal como se da actualmente en nuestro país, lo único que está haciendo es regresarnos a fojas cero respecto a los orígenes de la subversión de los años 1980’s, con la diferencia de que ahora el terrorismo está más sofisticado, mejor articulado con el narcotráfico y sobre todo que esta vez ya conocemos el antecedente y no parecemos estar muy dispuestos a hacer algo al respecto. ¿Hay más ciegos que aquellos que no quieren ver?