Cuando escribo sobre el Medio Oriente, la lectoría disminuye notablemente como si lo que ocurriese allá no tuviera nada que ver con la vida cotidiana peruana y mucho menos con el futuro del Perú, parte de una comunidad internacional globalizada. Aún así, siendo un tema que sigo de cerca hace décadas, no quiero dejar de aportar algo a la comprensión del tema de quienes tienen interés en ello.

Quién sabe después de leerlo, los peruanos pueden entender un poco mejor lo que pasa en el Medio Oriente así como las motivaciones que están detrás de los actores del momento en esta convulsionada región que interesa al mundo no solo por ser tan relevante para el judaísmo, cristianismo e islam, sino también por ser el gran centro petrolero del planeta y el principal paso de buena parte del comercio marítimo mundial.

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Muchos medios de prensa tienden a tomar una fotografía del momento cuando cubren una noticia como la de los 300 proyectiles lanzados por Irán contra territorio de Israel (13/4/2024) aduciendo la versión iraní de que era una represalia por el ataque de Israel al consulado iraní en Damasco (Siria) en el que murieron 13 personas incluyendo altos mandos militares iraníes (01/04/2024). Es más, aducen que atacar una sede diplomática va en contra del derecho internacional obviando las dos anteriores cometidas por Irán y el hecho que el edifico atacado no era una sede diplomática sino un edifico al lado de ella.

El vacío de antecedentes produce una comprensión muy acotada de un conflicto que tiene más de 70 años de antigüedad y que incluye amenazas y ataques mutuos entre países enemigos.

Veamos:

El 29/11/1947 en la votación sobre la Partición de Palestina en la ONU Irán votó en contra de la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, que proponía crear un estado judío y un estado árabe en el territorio del que fuera Mandato Británico en Palestina, alineado con los países árabes que rechazaban cualquier partición que condujera a la creación de un estado judío en ese territorio que consideraban exclusivamente árabe.

El 14/05/1948 se declara la independencia del Estado de Israel que de inmediato fue atacado por ejércitos de una amplia coalición de países árabes a los que se sumó verbalmente el Shah de Irán, Mohammad Reza Pahlavi. Una vez creado el Estado de Israel, el Shah mantuvo una postura ambivalente con Israel, apoyando las causas antiisraelíes árabes, pero a su vez manteniendo relaciones diplomáticas con Israel.

En enero de 1979 toma el poder en Irán el Ayatola Khomeini, derrocando al Shah, en medio de masivas e incontrolables protestas populares causadas por su autoritarismo, corrupción y occidentalización forzada. El liderazgo religioso proporcionó la estructura organizativa y una narrativa moral poderosa que unió a diferentes sectores de la sociedad iraní bajo el lema de una revolución islámica.

Una vez en el poder su política exterior giró hacia una postura firmemente anti-Israel. Cortó las relaciones diplomáticas con Israel, y comenzó a apoyar activamente a grupos militantes enemigos de Israel, como Hezbollah en Líbano y diversos grupos palestinos alzados en armas contra Israel, incluyendo al Hamas y la Yihad Islámica. Este apoyo ha incluido financiamiento, entrenamiento y suministro de armas como parte de una estrategia más amplia de Irán para aumentar su influencia en el Medio Oriente y contrarrestar la influencia de Israel y Estados Unidos en la región.

Ese mismo año el 4 de noviembre los iraníes toman por asalto la Embajada de los Estados Unidos en Teherán reteniendo por 444 días a los 52 diplomáticos que estaban en esa sede. El pretexto fue que los Estados Unidos permitieron la asistencia médica al Shah de Irán. El 20 de enero de 1981, poco después de que Ronald Reagan asumiera la presidencia de Estados Unidos y temerosos de una acción norteamericana más drástica liberaron a los rehenes, aunque esto dejó una enorme huella en las relaciones entre ambos países.

En 1992 y 1994 Irán impulsó sendos ataques terroristas en Argentina, contra la Embajada de Israel y la AMIA en Buenos Aires. La justicia argentina y la de otros países señalaban unívocamente que Irán era el responsable de estos atentados.

El 17 de marzo de 1992 Hezbollah e Irán cometen un ataque terrorista con coche bomba que destruyó la sede diplomática de la Embajada de Israel en Buenos Aires, causando la muerte de 29 personas y más de 200 heridos entre ciudadanos israelíes y argentinos

El 18 de julio de 1994 otro coche bomba estalló frente a la sede de la AMIA, causando la muerte de 85 personas y cientos heridas. Ambos atentados han sido ampliamente atribuidos a organizaciones vinculadas con Irán y Hezbollah

La justicia argentina, tras investigaciones y procesos judiciales prolongados, confirmó que Irán estuvo detrás del atentado y que el grupo armado Hezbollah lo ejecutó. Este atentado fue declarado un crimen de lesa humanidad, asegurando que los delitos son imprescriptibles.

En el año 2006 se intensifica el conflicto entre Israel y Hezbollah que atacaba a Israel desde el Líbano utilizando armamento y logística proporcionada por Irán. En reacción a eso Israel atacaba los convoyes de armas que llegaban a Hezbollah generalmente desde territorio sirio.

En el año 2007 dos años después que Israel se retirara de Gaza entregando la región a la autoridad palestina, Hamas toma el poder aliado con la Yihad Islámica que recibieron apoyo financiero, militar y logístico de Irán patrocinando su lucha contra Israel, a cuyo financiamiento contribuía también Qatar.

En el año 2011 con motivo de la Guerra Civil Siria, Irán interviene apoyando al régimen de Bashar al-Assad, estableciendo una presencia cerca de la frontera norte de Israel y colaborando con grupos como Hezbollah para establecer un frente contra Israel. En ese contexto Israel realiza ataques a posiciones iraníes y de Hezbollah en Siria, para prevenir futuros ataques contra su territorio.
Consciente de sus limitaciones de la fuerza aérea, Irán empezó a concentrarse en producir misiles y a la vez desarrollar sus capacidades nucleares para un posible ataque contra Israel

En el año 2015, las potencias mundiales preocupadas por los riesgos que esto implicaba llegan a un Acuerdo Nuclear (JCPOA) para limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones que las potencias occidentales le habían impuesto por alentar el terrorismo internacional.

Todos estos años han seguido los ataques de Hezbollah a Israel y las represalias de Israel en Líbano y Siria contra posiciones de Irán y Hezbollah. En estos últimos meses, se han sumado a la alianza iraní anti israelí los huties de Yemen, igualmente equipados, entrenados y financiados por Irán para atacar y desestabilizar a Arabia Saudita, Estados Unidos e Israel.

En este contexto el ataque que destruyó un edificio cercano al consulado iraní en Damasco es otra pieza de este largo enfrentamiento, así como lo es la respuesta de Irán con su ataque misilístico de 300 proyectiles contra Israel que ha prometido responder en formas aún no definidas. Quizá la novedad es que en todos esos proyectiles se incluyeron 170 drones, 30 misiles de crucero y 110 misiles balísticos que fueron repelidos casi totalmente por la coalición entre Israel, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Jordania.

Como era de esperarse, para consumo interno Irán exhibe esa acción como una muestra de poder, al haber creado pánico en Israel y haber llegado con proyectiles hasta su espacio aéreo. No le conviene a Irán escalar más porque tiene que preocuparse de su crisis económica y social interna que se puede desbordar contra su gobierno en situación de crisis externa. Israel por su parte se beneficia recuperando la confianza en sus Fuerzas Armadas (desprestigiadas por las fallas del 7 de octubre con la masacre que hizo Hamas en territorio israelí) y al articular en su defensa a una gran coalición de países interesados en la estabilidad de la región y la contención de Irán en sus afanes expansionistas. De paso, permitió a los pilotos y operadores de misiles aliados poner a prueba en tiempo real sus capacidades militares y de coordinación minuto a minuto de los ejércitos aliados.

Seguramente usando estrategias alternativas de reacción Israel evaluará cómo le conviene reaccionar para no perder los puntos ganados, no solo en relación a Irán, sino en relación a Hezbollah que sistemáticamente ataca a Israel desde el Líbano. Eso ha producido la evacuación de 80,000 israelíes residentes cerca de la frontera a la espera de la respuesta israelí a estos ataques, una vez controlado el frente contra Hamas en Gaza.

Quién sabe visto así, los peruanos pueden entender un poco mejor lo que pasa en el Medio Oriente así como las motivaciones que están detrás de los actores del momento en esta convulsionada región que interesa al mundo no solo por ser tan relevante para el judaísmo, cristianismo e islam, sino también por ser el gran centro petrolero del planeta y el principal paso de buena parte del comercio marítimo mundial.

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