En Chile Pinochet se deshizo de la responsabilidad administrativa y financiera de la educación escolar pública centralizada (92% del total ya que 8% es privada) y trasladó 50% a los municipios y 42% a las corporaciones, que eran administradoras privadas de la educación pública subvencionada con derecho a ganar una renta. En ambos casos, el estado les daba un subsidio mensual por alumno matriculado que hoy es de 60 dólares, con el que debían financiar la educación que ofrecían: gratuita en los municipios, y con opción a un pago adicional de los padres en los subvencionados. (67% paga entre 10 y 40 dólares adicionales).
Las evaluaciones nacionales de rendimiento muestran que los alumnos privados obtienen mucho mejores resultados que los privados subvencionados (que acogen a la clase media) y estos mejores que los municipales (que acogen a la clase media-baja y a los pobres). Además, los municipios con más recursos logran mejores resultados que los más pobres, los cuales no tienen recursos ni capacidad de gestión como para hacer un aporte adicional para apuntalar la calidad de la educación de los colegios a su cargo.
Los estudiantes chilenos piden eliminar la educación privada subvencionada (aducen que los propietarios lucran con dinero estatal destinado a los alumnos) y piden recentralizar la educación pública municipalizada, para que sea el gobierno central el que se haga cargo de administrar y financiar la educación pública en condiciones igualitarias.
Un ejemplo de cómo la acción del gobierno central puede cerrar brechas se expresa en el campo de la brecha digital. En Chile Educar Chile, VTR Banda Ancha y Adimark, han elaborado un Indice Generación Digital (IGD), orientado a medir el grado de digitalización -acceso, conocimiento, uso y valoración de internet- de los escolares chilenos en centros urbanos del país. En Chile la digitalización de los escolares alcanza un 44,3 %. Los alumnos de colegios privados alcanzan a 60.6%, los de los privados subvencionado 45.5% y los de los establecimientos municipalizados 39,0%. Además se sabe que el 39.9% de los alumnos de colegios particulares cuenta con una conexión de banda ancha en su hogar, el 11.8% en el caso de hogares de escolares de colegios particulares subvencionados y un 6.4% en casas de alumnos de colegios municipalizados. Sin embargo, si se consideran las conexiones a internet desde los colegios, la diferencia se reduce a 84,8%, 76.1% y 73.6% respectivamente.
Al respecto, José Joaquín Brunner, Director del Programa de Educación de la Fundación Chile señala «estamos aquí frente a un hecho novedoso. La educación chilena está logrando disminuir la brecha digital entre los jóvenes de mayores y menores recursos. Esto significa que, como país, estamos en condiciones de preparar el ingreso de todos los futuros trabajadores, técnicos y profesionales a la sociedad de la información, sin excluir a quienes provienen de los hogares de menores recursos. Es una noticia altamente positiva». Señala que “la política que el país ha seguido consistentemente durante la última década, a través del Programa Enlaces y del Portal Educarchile, parece estar dando frutos. Si uno mira las enormes diferencias de todo tipo que existen entre los colegios privados pagados y el resto de las escuelas del país, esperaría que esto se refleje también en el uso de Internet. ¡No es así! Y esto tiene gran importancia pues hoy día, con la revolución digital, quien se quede fuera de Internet y de la Red, estará mañana en condiciones mucho menos favorables para estudiar en la educación superior y desempeñarse en el mercado laboral”.
Pasando a otro tema del reclamo estudiantil, hace un par de años Chile orientó gran parte de la inversión educacional adicional en alcanzar la jornada escolar completa, con estudios en la mañana y tarde, y con almuerzo incluido. Los estudiantes se quejan que en lugar de abrir en las tardes clases de artes, deportes, laboratorios, talleres, cursos opcionales diversas, etc. les están dando las mismas tediosas, aburridas e ineficaces clases de la mañana, con una acumulación insoportable de tareas para la casa. Piden modificar esta jornada escolar completa y poner a los profesores en condiciones de trabajar con enfoques pedagógicos más modernos y motivadores del aprendizaje.
Finalmente, habiendo Michelle Bachelet ofrecido educación gratuita de calidad para todos, los estudiantes chilenos exigen un pasaje escolar gratuito para todo el día (no solo de ida y vuelta al colegio) y que la prueba de ingreso a las universidades PSU sea gratuita (actualmente cuesta 52 dólares).
Frustrados, medio millón de estudiantes secundarios hicieron sentir sus protestas apoyados por sus padres. Sin duda es un episodio regional que deja mucho para pensar y asumir desde nuestra propia realidad.