(Desde mi ignorancia) Licitaciones internacionales a todo costo de obras prioritarias:

Soy un ciudadano pensante pero ignorante en el tema de construcciones y obras públicas. Siento la incompetencia de la gestión pública estatal al observar el casi ridículo (aunque dramáticamente ineficiente e irrespetuoso con la ciudadanía) lentísimo proceso de construcción del viaducto ‘Armendáriz’ o del intercambio vial ‘El Derby’, y escuchar el justificado clamor ciudadano de las zonas devastadas por desastres naturales y las diversas obras pendientes o inconclusas.

¿Por qué nuestros gobiernos no logran plantear fórmulas disruptivas que aceleren obras, acorten tiempos, utilicen la creatividad de ingenieros y abogados para crear el marco normativo que lo permita?

Transformar el NO SE PUEDE en SÍ SE PUEDE debiera ser el reto fundamental del liderazgo gubernamental, el motor de los referendums, en vez del desgastado y desdentado discurso de lucha contra la corrupción, que en el ámbito gubernamental no puede circunscribirse a Lavajato cuando campea en cada trámite estatal y judicial.

El Perú necesita urgentemente resolver sus déficits de servicios en salud, agua y desagüe, educación y transporte que son el soporte de cualquier discurso sobre derecho ciudadano. ¿Adónde está el gobierno en todo esto?

Desde ese rol de ciudadano ignorante, me pregunto: ¿no se podría identificar las 100 obras prioritarias para el país, y convocar una licitación internacional a todo costo con plazo fijo para cada una de ellas, con precios topes basados en obras equivalentes ya realizadas dentro y fuera del Perú? (con empresas acreditadas que ya han hecho obras similares bien hechas)

De este modo en lugar de 15% de avance de obras con reiterados pretextos que lindan con la impotencia y ridiculez, teniendo recursos disponibles no gastados, tendríamos 100% en un año, acumulando experiencia para las siguientes.

¿Cuánto cuesta en incomodidades, frustraciones y rencores acumulados de la población y en ineficiencias por problemas no resueltos, demorar obras y servicios vitales, comparado con el ahorro teórico que eventualmente se obtendría de hacer por parte del estado un engorroso y lento expediente técnico, adornado por sobre-costos ocultos, validarlo luego por el MEF y Contraloría, para tener definido el costo justo de cada barra de hierro o clavo que se invertirá en la obra?

Comparado con hacer licitaciones internacionales a todo costo ¿ganamos o perdemos como país?

No sé si mi propuesta es viable, aunque es una figura usual en el sector privado. Me imagino que los especialistas en el tema tendrán ideas mejores. Pero algo innovador y disruptivo hay que hacer para vencer la inercia paralizante y perdedora de nuestros gobiernos y el temor a firmar o gastar, no vaya a ser que los acusen de corrupción. ¿Cuánta energía mental y dinero se pierde para bloquear y no hacer, comparada con esa misma energía invertida en desbloquear y hacer?

Ese es el liderazgo que haría que nuestro gobernante pasara a la postura del estadística que deja huella en la historia del Perú.

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