El Tiempo, Piura 07 01 2017 y Regiones 08 01 2017

Las naciones se construyen sobre las base de árboles de decisiones de sus gobernantes que son elegidos y eventualmente fiscalizados por los ciudadanos. Decisiones inteligentes requieren de una ciudadanía informada y competente capaz de entender los temas polémicos, evaluar alternativas y tomar decisiones sabiendo que afectarán sus vidas.

Estas decisiones que hay que tomar cotidianamente son de naturaleza muy diversa y siempre abren más de una opción. Veamos algunas. En asuntos de alimentación, decidir consumir (o no) azúcar, sal, carnes rojas, leche, transgénicos, huevos, gaseosas, etc. En asuntos tecnológicos: usar celulares, permitir antenas, etc. En asuntos de salud, la opción entre cesárea y parto vaginal, usar la píldora del día siguiente, dar ritalín a los hijos, legalizar el consumo de marihuana, aceptar la quimioterapia, etc. En asuntos de la educación de los hijos qué colegio escoger, si aceptar las recomendaciones de terapias, etc. En temas vocacionales, qué carrera escoger y en qué universidad; qué tipo de empleo; quedarse o renunciar. En asuntos políticos por qué candidato votar para autoridades locales, nacionales o congresales, etc. En asuntos económicos aceptar inversiones mineras, usar tarjetas de crédito, adónde colocar los ahorros, etc.

Todo ello requiere que la persona esté formada para que frente a un tema relevante aunque complejo sea capaz de investigar, informarse, ver las posiciones en conflicto y alternativas de acción, para luego tomar una decisión personal a consciencia y sostenerla en público. La pregunta es en qué momento de su vida aprenden los peruanos a hacer eso, cuando la mayor parte de la educación escolar y universitaria es opuesta al desarrollo de estas capacidades. Una educación que se basa en una sola versión de las cosas (la que tiene el profesor o el libro), del texto único, de la reproducción del conocimiento de otros, de marcar la respuesta correcta en el examen (una y solo una); del no-debate, etc. En suma, una educación de borregos, de no-pensar y limitarse a reproducir lo que dice el profesor o el libro de consulta. En otras palabras, una educación que bloquea la formación ciudadana desde la infancia.

Si es así, ¿en virtud de qué tendremos ciudadanos capaces de tomar decisiones calificadas para la buena marcha de la vida de nuestra nación?

En FB:

Artículos afines:

Un despelote político convertido en oportunidad educativa (Martín Vizcarra versus el Congreso)

Entrevista completa a Patricia Ames y León Trahtemberg en el programa Diálogo Abierto de Salgalu TV sobre los retos de los alcaldes en materia de infancia, educación y violencia https://www.youtube.com/watch?v=xhU_2dr-UoQ

Soy bueno. Soy malo. Tomar posición en temas polémicos o disruptores polariza a los comentaristas

¿En virtud de qué los peruanos tendrían que saber elegir bien? (2)

Presidente Martín Vizcarra y la Educación

Hay relación entre la educación y el despelote político y la incompetencia estatal

Columna afín: «Es la educación, estúpido» (Por Anwar Moguel, México). Hoy vi éste artículo sobre los dramas de la sociedad mexicana. ¿Es casual que parezca haberse escrito para calzar con el Perú y cualquier otro país de América Latina? ¿No será que «alguien» nos ha lavado la cabeza para desconectar la escuela de la vida real y hacernos creer que un periodico retoque curricular con pruebas aggiornadas producirá egresados mejor educados? Quizá ya sea hora de empezar a pensar que la buena educación no pasa por pontificar resultados en pruebas censales o PISA sino en tener una imagen de persona bien formada y educada en términos de actitudes y conductas frente a temas de la vida cotidiana que los peruanos quisiéramos transformar, y hacer de eso la médula de nuestro proyecto educativo.

Por ejemplo, si se quiere evaluar el nivel educativo del colegio ABCDE ¿qué datos usa normalmente tanto el Minedu como muchos analistas? Los resultados de las pruebas censales, el % de ingreso a la universidad, y eventualmente la tasa de promoción o repitencia de los alumnos. ¿Qué nos dice eso de cómo son y serán esos alumnos como personas eticas, sensibles al prójimo, con alta autoestima, con una autoimagen de personas valiosas, capaces de ser miembros constructivos de su comunidad; qué nos dice de su nivel de tolerancia a la diversidad, su capacidad decresolver conflictos sin violencia, de ofrecerse voluntario para trabajo solidario y para conciliar cuando sus compañeros están conflictuados; qué nos dice de su autodisciplina y nivel de regulación personal wue le permite distanciarse de los vicios y asumir una sexualidad responsable…

Dirán que eso es difícil de evaluar. Pero por ello es que hay que opacarlo frente a lo que es menos decisivo pero más fácil de evaluar de modo estandarizado e informatizado?

En FB: https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/954480861319116?pnref=story

Educación cívica y autoritarismo (con extraordinario inserto del filósofo e investigador de la educación en México, Pablo Latapí Sarre) “So pena de hacernos tontos a nosotros mismos, no podemos plantear la educación cívica de las siguientes generaciones de espaldas a la realidad. El país está haciendo agua por sus cuatro costados; llegan a su límite problemas cívicos inveterados, como la corrupción y la impunidad; han entrado a su crisis definitiva el partido de Estado y sus controles corporativos, se resquebraja el antiguo presidencialismo, y las instituciones gubernamentales pierden credibilidad por su recurso al doble lenguaje y sus fracasos en el manejo de problemas nacionales del calibre del conflicto de Chiapas (el levantamiento neozapatista de 1994) o el Fobaproa. Es en esta realidad, ante ella y necesariamente a partir de ella, como hay que formar ciudadanos hoy; como bien dice el programa de estudios oficial, los estudiantes deberán aprender a ‘considerar y asumir su entorno social como un ambiente propicio para el ejercicio de actitudes comunitarias y cívicas’.” Los libros que citaba el especialista –señalaba él mismo– mostraban “un natural pudor del gobierno respecto a sus vergüenzas”, pero “nadie espera que un programa oficial exhiba las lacras del sistema político”. Así, en el ámbito del “deber ser” se referían a “abstracciones inocuas” como la libertad, justicia, igualdad, tolerancia, respeto a los derechos humanos, al Estado de derecho, amor a la patria y democracia como forma de vida, que no han sido necesariamente atendidas por los gobiernos.

¿Y si estamos ahogando la sed de aprender de los niños con un bombardeo de estímulos? Los incentivos externos saturan los sentidos, empachan y anestesian la capacidad de saborear lo lento de lo ordinario CATHERINE L’ECUYER «¿Dónde marchitó aquel asombro? ¿Y si la sed de aprender se hubiera ahogado en un océano de información sin sentido, en un bombardeo de estímulos externos compuestos por ruidos, contenidos y horarios que no respetan el orden interior de los niños, y por qué no decirlo también, de nosotros sus padres? Para que la sed sea sostenible, es preciso dejar beber poco a poco a la persona de una fuente que se ajuste a sus necesidades reales. ¿Hay que sorprenderse si uno se ahoga intentando tomar un sorbo de una boca de incendio? El asombro es lento, saborea la realidad a la que se acerca por primera vez, o como si fuera por primera vez. En cambio, los estímulos externos que saturan los sentidos empachan, embotan, anestesian el deseo, la sensibilidad y la capacidad de saborear la dimensión estética y lo lento de lo ordinario».

La educación se ha roto. Hemos enseñado a la gente de la misma forma durante los últimos 100 años y, como hemos crecido en ese sistema, creemos que es normal, pero es una locura.Enseñamos en las escuelas lo que los colonialistas ingleses querían que aprendiese la gente: matemáticas básicas para poder hacer cálculo, literatura inglesa… Hoy no tiene sentido. Tenemos que enseñar herramientas que ayuden a las personas a tener una vida gratificante, agradable y que les llene

En el futuro, si quieres un trabajo, debes ser tan diferente de una máquina como sea posible: creativo, crítico y socialmente experto. Entonces, ¿por qué se les enseña a los niños a comportarse como máquinas? Los niños aprenden mejor cuando la enseñanza se alinea con su exuberancia natural, energía y curiosidad. Entonces, ¿por qué son arrastrados en filas y hechos para quedarse quietos mientras están llenos de hechos? Tenemos éxito en la adultez a través de la colaboración. Entonces, ¿por qué la colaboración en las pruebas y exámenes se llama trampa? Los gobiernos afirman querer reducir el número de niños excluidos de la escuela. Entonces, ¿por qué sus currículos y pruebas son tan estrechos que alienan a cualquier niño cuya mente no funciona de una manera particular? Los mejores maestros usan su carácter, creatividad e inspiración para provocar el instinto de aprender de los niños. Entonces, ¿por qué el carácter, la creatividad y la inspiración son suprimidos por un régimen sofocante de microgestión? Los profesores ahora están dejando la profesión masivamente con lo que se pierde lo invertido en su fromación, en carreras destruidas por el exceso de trabajo y un régimen de trituración espiritual que trae la estandarización, las pruebas y el control de arriba hacia abajo. Cuanta menos autonomía se les conceda, más se les culpa por los fracasos del sistema. Nuestras escuelas enseñan habilidades que no sólo son redundantes sino contraproducentes. Nuestros niños sufren este sistema deshumanizante para nada.

Mar Romera: “Nadie defiende 12 horas de trabajo, pero sí se las exigimos a los niños”. Es que no tenemos en cuenta a los niños porque los vemos como ciudadanos del futuro que no son rentables hoy. Así que como hoy ellos no tienen tarjeta de crédito y no pagan, no me interesan. Como tampoco votan, no me interesan. Todo sería totalmente diferente si el protagonista del sistema fuese el niño. El niño tiene derecho a participar en los aspectos que la afectan, a existir como persona, no como proyecto de persona. Te voy a poner un ejemplo, las estanterías con chuches que suele haber en las cajas de los supermercados: ¿las hemos colocado ahí CON los niños o PARA los niños? Yo creo que está bastante claro. Pues ahora llevemos este ejemplo tan de simple a la escuela. Cuándo hablamos del modelo de evaluación, de las asignaturas, de horarios, de pruebas externas, ¿lo hacemos PARA la infancia o CON la infancia? Siempre lo hacemos para ellos como elemento último de la cadena de consumo, pero nunca los tenemos en cuenta.

https://elpais.com/elpais/2019/02/15/mamas_papas/1550227101_096010.html#?id_externo_nwl=newsletter_mamasypapas20190301m

Cómo progresan los niños si son bien estimulados en su cerebro y emociones sobre todo en sus primeros cinco años de vida. Molly Wright (Queensland, Australia, de 7 años, 7 minutos en TED):