Incapacidad de frenar impulsos y decir NO (León Trahtemberg)
A raíz de la horrenda violacion criminal de una joven en Ayacucho por parte de dos mayores y varios menores traté de imaginar cómo habría sido la dinámica de los sucesos.

Supongo que a uno de los presentes se le debe haber ocurrido la idea perversa y sin más reflexión se sumaron uno o dos más (sin nadie que diga NO). Los demás supongo que se habrán sumado, unos por seguir la «diversión» y otros -quizá en desacuerdo- pero para no quedar mal, se sumaron al grupo.

Posiblemente si c/u hubiera estado solo la mayoría no hubiera hecho nada. Pero en grupo, se transforma su conducta como en las delincuenciales barras bravas.

En esencia, actuar por impulso, necesidad de pertenecer y fundamentalmente la incapacidad de decir NO, de ir contracorriente, así sea la posición de uno solo o de una pequeña minoría.

La pregunta obligada es ¿cuándo y dónde aprenden los niños y jóvenes a decir NO, a ir contracorriente, cuando en casa lo usual es «hacer como todos hacen» o «haz lo que quieras» y en el colegio no sólo se procura alinear a todos con la verdad única del profesor sino además se promueve la burla, bullying o sanción de quien se atreve a pensar o actuar a contracorriente?

Si la escuela forma borregos sin pensamiento crítico ¿qué se espera que hagan cuando estén actuando según su libre albedrío fuera de la,escuela?

Pueden haber sido buenos alumnos como Abimael Guzman o Vladimiro Montesinos, pero eso no dice nada de su autoregulación ética ni su control social.

¿No deberíamos revisar más a fondo los quehaceres escolares más que limitarnos a ver notas o puntajes en pruebas censales o PISA? Si las llamadas habilidades blandas, el pensamiento ético y la capacidad de confrontar al grupo cuando uno piensa diferente con autonomia son decisivos para la vida ¿no deberían ser estos el núcleo de la educación escolar?
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