Enseñar sabiduría y preocupación por otros (León Trahtemberg)

La sabiduría es la que hace del intelecto y el conocimiento algo valioso y permite entender que la razón final del aprendizaje no es la acción sino la reflexión sobre las acciones. Esa sabiduría permite aprender de los errores para entenderlos, anctiparlos y no reiterarlos. Esa sabidruría que protege a las personas de enamorarse de sus propias ideas impidiendo ver los perjuicios que pueden ocasionar si no consideran las ideas de los demás.
El desprendimiento es la disposición a preocuparse por los demás cosa que la mayoría de los colegios no promueve porque están diseñados para limitar las interacciones humanas. Basta con ver el horario fragmentado por clases de 45’, alumnos a cargo de 6 o más profesores diferentes al día, rankings que llevan a los alumnsos a competir y diferenciarse jerárquicamente, cambio de profesores (y compañeros) cada año. En suma, una superestructura escolar individualista y aisladora de los alumnos. Nada de eso fomenta la capacidad de salirse de uno mismo para asumir retos en pro del bienestar de los demás.
Si no diseñamos una escuela con sabiduría no podremos formar ciudadanos sabios, sociables y preocupados por el bien común.

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¿Deberíamos enseñar amistad en las escuelas? Aprender a hacer las paces, tan importante como la tabla del 3 Las peleas entre niños afectan a su aprendizaje y desarrollo emocional

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