Revista Padres (COSAS) agosto 2014

Sobre exigencia académica en preescolar
Mientras antes, peor.
No confundir estimulación temprana con inicio prematuro de la lecto escritura
Por León Trahtemberg

En asuntos de orden médico, financiero, prevención de desastres, reparación de calles y carreteras, etc. probablemente el slogan “mientras antes, mejor” pueda tener sentido, para generar eficiencias, ahorrar costos y anticipar situaciones más graves. Pero en asuntos educativos, eso puede ser contraproducente. Quizá pedirle a un niño que haga cálculo diferencial e integral o que resuelva problemas de electromagnetismo en 2do grado de primaria suene más absurdo que pedirle a un niño de 5 años que empiece a leer y escribir. Pero la verdad de las cosas es que son igualmente absurdos.

Una pregunta que debe guiar a los padres, sea al escoger un colegio o al marcar una expectativa de logros de aprendizaje en sus hijos es ¿quiero satisface mi ego como padre o madre de ver que mi hijo logra estos aprendizajes prematuros o quiero que mi hijo tenga los fundamentos más sólidos para que su vida escolar sea fructífera y placentera?; ¿estoy escogiendo un colegio porque como padre o madre me place ser parte del club social de ese colegio o lo escojo pensando que es el mejor lugar para que mi hijo se desenvuelva óptimamente?. Si la respuesta honesta es que quieren lo mejor para sus hijos, entonces vale la pena que entiendan la diferencia entre la estimulación lúdica temprana y el inicio prematuro de la lecto-escritura o la aritmética formal, y escoger nidos o colegios que sean respetuosos de esos tiempos.

Es comprensible que los padres estén angustiados respecto a lo que significa la buena educación para sus hijos, porque la creciente competencia entre adultos por ingresar a universidades de prestigio y por ocupar empleos en el mercado laboral planetario hace que busquen los seguros para el éxito futuro desde las edades más tempranas posibles. Esto los lleva a buscan un centro de educación inicial y luego un colegio que presionen a los niños desde pequeños para desarrollar rápidamente las habilidades académicas formales de la lectoescritura, matemática, inglés y computación. Esto ha hecho que los colegios prestigiosos tiendan a volverse más exigentes en su nivel pre escolar y que muchos centros de educación inicial hayan girado sus actividades hacia enfoques menos lúdicos y más académicos. Lamentablemente estas estrategias resultan altamente contraproducentes, como lo demuestran varios estudios desde hace más de una década.

Por ejemplo Lilian Katz encontró que esta exigencia académica prematura produce resultados positivos solo en el corto plazo, hasta primer grado. En cambio, el trabajo más lúdico y cómodo para el niño, menos tenso y riguroso, resulta más provechoso para el desarrollo de sus habilidades académicas y su buen desempeño escolar en el largo plazo. Las exigencias académicas prematuras contrarrestan la disposición innata de los niños a aprender descubriendo y con placer. («Otra perspectiva sobre lo que los niños deben estar aprendiendo» ERIC Digest ED438928-2000)

Por su parte Rebecca Marcon realizó un monitoreo por seis años de 343 niños desde que tenían cuatro años hasta que llegaron al cuarto de primaria. Examinó registros de notas, libretas, tasas de repitencia y remisiones a educación especial de niños en centros iniciales que usaban los dos modelos contrapuestos: el modelo de enseñanza preescolar centrada en el niño, que respeta sus intereses y ritmos sin presionarlo, y el modelo de enseñanza centrado en el programa académico riguroso, que presiona a todos los niños por igual para que alcancen rápidamente las competencias preestablecidas.

Los resultados mostraron que, si bien los niños del modelo más académico repitieron menos de año, al llegar al cuarto grado de primaria obtuvieron rendimientos y notas más bajos que los de quienes asistieron a preescolares más lúdicos y menos rigurosos. Quiere decir que el mejor desempeño posterior se veía reforzado por experiencias infantiles más activas y lúdicas, que evitaban saturar a los niños con aprendizajes formales más propios de la primaria. (Early Childhood Research and Practice, Vol 4,1, 2002).

Al pedirle, a los profesores de cuarto de primaria una evaluación descriptiva de sus alumnos, se detectó sistemáticamente que los niños que procedían de los preescolares más rigurosos tenían peores conductas y hábitos de estudio, menores deseos de seguir instrucciones, eran más distraídos, menos motivados y menos sociables que los otros. En conclusión, el desempeño escolar exitoso de los niños parece verse favorecido por una experiencia educativa inicial más libre, activa, flexible, automotivada y niño-céntrica. En cambio, presionar académicamente a los niños demasiado temprano puede ser contraproducente para cuando el niño avance hacia la educación primaria en la cual se demandará de él un pensamiento más independiente y complejo. Además, los aprendizajes forzados prematuramente pueden estar acompañados de rigideces, mecanizaciones, temores y ansiedades que sin duda afectarán los aprendizajes posteriores y las ganas de ir al colegio.

Resulta interesante constatar que en Singapur, Shanghai y Finlandia, tres de los líderes de las pruebas PISA, el promedio de edad para el inicio de su escolaridad primaria es 6.5 años lo que quiere decir que durante 1er grado tendrán 7 años. David Whitebread experto en desarrollo cognitivo de la universidad inglesa de Cambridge y otros 129 expertos británicos firmaron el manifiesto «Too Much, Too Soon» (The Daily Telegraph,11/09/2013) sosteniendo que hay una abrumadora evidencia que sugiere que los 5 años es demasiado temprano para iniciar el estudio formal y que hasta los 7 años el aprendizaje debe basarse en el juego informal. Según la evidencia acumulada, eso les da enormes ventajas académicas y emocionales para el largo plazo (School starting age: the evidence, University of Cambridge, 24/09/2013)

Estas evidencias surgen de los estudios antropológicos, psicológicos, neurocientíficos y educativos que entienden el juego como una actividad de adaptación que desde la antigüedad hasta nuestros tiempos permitió que los seres humanos se conviertan en aprendices eficaces y solucionadores de problemas. Los estudios neurocientíficos han demostrado que la actividad lúdica conduce al crecimiento sináptico particularmente en la corteza frontal, responsable de todas las funciones mentales superiores.

El aprendizaje superior y la motivación que surgen desde lo lúdico, a diferencia del que surge de la instrucción formal, facilitan el desarrollo temprano de las habilidades de representación simbólica, con más fuerza que la que se obtiene de la instrucción directa. El juego físico facilita que los niños desarrollen sus habilidades de «autorregulación» intelectual y emocional, habilidades cruciales para el aprendizaje. También hay estudios que evidencian la relación entre la falta de juego infantil y el aumento de los indicadores de estrés y problemas de salud mental.

Estudios comparativos de niños en Nueva Zelanda que comenzaron las lecciones de alfabetización formales en las edades de 5 y 7 años muestran que la introducción temprana del aprendizaje formal de la alfabetización no mejora el desarrollo de la lectura de los niños, y puede ser perjudicial. A los 11 años no hubo diferencias en sus niveles de habilidad de lectura, pero los niños que comenzaron a los 5 años desarrollaron actitudes menos positivas hacia la lectura, y mostraron más pobre comprensión de textos que los niños que habían comenzado más tarde.

Si su hijo aprende a leer tempranamente por sí mismo, motivado por su curiosidad, sin estimulación premeditada externa, en buena hora. Esa capacidad se irá perfeccionando en el tiempo hasta que en el colegio se inicie el proceso formal para todos. Piaget decía acertadamente “cuando un profesor enseña algo a un niño, le quita la oportunidad de aprenderlo por sí solo”. Se refería a que si un niño construye su conocimiento motivado por sus fuerzas internas, aprenderá mejor que si tiene que someterse a los procesos y tiempos fabricados por su profesor. Si su hijo lee y los otros aún no, eso no significa que haya que avanzarlo para no desperdiciar su capacidad. Podrá leer por su lado hasta que se nivelen los demás, mientras sigue aprendiendo mil cosas propias de la edad más allá de la lectura.

Frente a todo esto bien vale la pena entonces que los padres de familia que creen que presionar a sus hijos con un entrenamiento académico pre escolar muy riguroso los va a preparar mejor para la vida, lo piensen de nuevo; más aún, si su hijo no es particularmente hábil, para quien esta experiencia exigente puede transformarse en una tortura contraproducente. A veces, mientras antes, peor.

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PD: así como no es aplicable «mientras antes mejor» a la vida sexual, fumar, drogas, cosméticos, amanecidas, levantamiento de pesas y otras disciplinas que pueden deformar el sistema músculo esquelético, etc. del mismo modo «mientras antes, mejor» no es la mejor fórmula para el uso temprano de aparatos digitiales multimedias, video juegos, tablets, ipads, etc.

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Mar Romera: “Nadie defiende 12 horas de trabajo, pero sí se las exigimos a los niños”. Es que no tenemos en cuenta a los niños porque los vemos como ciudadanos del futuro que no son rentables hoy. Así que como hoy ellos no tienen tarjeta de crédito y no pagan, no me interesan. Como tampoco votan, no me interesan. Todo sería totalmente diferente si el protagonista del sistema fuese el niño. El niño tiene derecho a participar en los aspectos que la afectan, a existir como persona, no como proyecto de persona. Te voy a poner un ejemplo, las estanterías con chuches que suele haber en las cajas de los supermercados: ¿las hemos colocado ahí CON los niños o PARA los niños? Yo creo que está bastante claro. Pues ahora llevemos este ejemplo tan de simple a la escuela. Cuándo hablamos del modelo de evaluación, de las asignaturas, de horarios, de pruebas externas, ¿lo hacemos PARA la infancia o CON la infancia? Siempre lo hacemos para ellos como elemento último de la cadena de consumo, pero nunca los tenemos en cuenta.

Esto es lo que le pasa a tu hijo si fuerzas su aprendizaje sin estar preparado. Los expertos aconsejan respetar los hitos evolutivos de los menores. Si forzamos a todos los niños a llegar a un límite muy alto, “más alto de lo que está previsto en un desarrollo normal”, tendremos problemas: “Consideraremos anormal algo que no lo es. Haremos que padres y niños consideren su situación como patológica cuando realmente no lo es. Esto conlleva un elevado nivel de estrés para las familias, que quieren que sus hijos sean capaces de lograr todos sus objetivos como los demás niños. Los niños empiezan a sentirse diferentes, con problemas. Además, se frustran y empiezan a sentir rechazo por el aprendizaje”.

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(Mientras antes, peor) VI Estudio de Opinión sobre la Educación Infantil en España elaborado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) correspondiente a 2018. Dos de cada tres docentes califican de «poco realista» el currículo de infantil español. El 73% de los maestros alertan del proceso que han denominado «primarización de la etapa». https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cada-tres-docentes-califican-poco-realista-curriculo-infantil-201903030119_noticia.html

Why kids deserve a preschool that lets them play. On Parenting Perspective, Washington Post By Jessica Smock August 18

Does early reading instruction help reading in the long-term?A review of empirical evidence. Sebastian Paul Suggate ROSE Vol 4, No 1 (2013)

Moving up the Grades: Relationship between Preschool Model and Later School Success. Rebecca A. Marcon University of North Florida ECRP Volume 4 Number 1 ©The Author(s) 2002

A Randomized Control Trial of a Statewide Voluntary Prekindergarten Program on Children’s Skills and Behaviors through Third Grade Research Report Mark W. Lipsey, Ph.D. Dale C. Farran, Ph.D. Kerry G. Hofer, Ph.D. September, 2015 Peabody Research Institute Vanderbilt University

ARTÍCULOS SOBRE ENFOQUE FINLANDÉS

Kindergarten: While American Kids Read, Their Finnish Peers Play

The Joyful, Illiterate Kindergartners of Finland

The American kindergarten experience has become much more academic—and at the expense of play.

“[Children] learn so well through play. They don’t even realize that they are learning because they’re so interested.”

“But there isn’t any solid evidence that shows that children who are taught to read in kindergarten have any long-term benefit from it.”

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Las escuelas en Finlandia tuvieron la brillante idea de eliminar las asignaturas para estudiar en base a temas

OTROS AFINES

¿Y si estamos ahogando la sed de aprender de los niños con un bombardeo de estímulos? Los incentivos externos saturan los sentidos, empachan y anestesian la capacidad de saborear lo lento de lo ordinario CATHERINE L’ECUYER «¿Dónde marchitó aquel asombro? ¿Y si la sed de aprender se hubiera ahogado en un océano de información sin sentido, en un bombardeo de estímulos externos compuestos por ruidos, contenidos y horarios que no respetan el orden interior de los niños, y por qué no decirlo también, de nosotros sus padres? Para que la sed sea sostenible, es preciso dejar beber poco a poco a la persona de una fuente que se ajuste a sus necesidades reales. ¿Hay que sorprenderse si uno se ahoga intentando tomar un sorbo de una boca de incendio? El asombro es lento, saborea la realidad a la que se acerca por primera vez, o como si fuera por primera vez. En cambio, los estímulos externos que saturan los sentidos empachan, embotan, anestesian el deseo, la sensibilidad y la capacidad de saborear la dimensión estética y lo lento de lo ordinario».

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Research finds no advantage in learning to read from age five Starting in 2007, Dr Suggate conducted one international and two New Zealand studies, each one backing up the conclusions of the other; that there is no difference between the reading ability of early (from age five) and late (from age seven) readers by the time those children reach their last year at Primary School by age 11. Dr Suggate, in three years of studies, involving regular surveys of around 400 New Zealand children, found no statistical evidence of an advantage in reading from the earlier age of five. Comparing children from Rudolf Steiner schools, who usually start learning to read from age seven, and children in state-run schools, who start learning to read at five, he found that the later learners caught up and matched the reading abilities of their earlier-reading counterparts by the time they were 11, or by Year 7.

Screen Addiction Is Taking a Toll on Children NYT, JANE E. BRODY JULY 6, 2015

Before age 2, children should not be exposed to any electronic media, the pediatrics academy maintains, because “a child’s brain develops rapidly during these first years, and young children learn best by interacting with people, not screens.” Older children and teenagers should spend no more than one or two hours a day with entertainment media, preferably with high-quality content, and spend more free time playing outdoors, reading, doing hobbies and “using their imaginations in free play,” the academy recommends. Heavy use of electronic media can have significant negative effects on children’s behavior, health and school performance. Those who watch a lot of simulated violence, common in many popular video games, can become immune to it, more inclined to act violently themselves and less likely to behave empathetically

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