El excelente boletín de noviembre del Iniden (Hugo Díaz) trae cifras muy llamativas.

1). En el año 2011 la inversión privada en educación ascendió a S/. 14,057 millones de nuevos soles (2.8% del PBI) y el presupuesto público de educación ejecutado ascendió a S/. 14,551 millones (3% del PBI). Entre esos años el presupuesto público de educación se multiplicó por 2.7 y el privado por 2.1, aumentado la inversión pública por alumno sin que eso detenga la migración hacia la educación privada.

2). La cobertura de atención privada del 2000 al 2011 se incrementó en un 1´097,000 estudiantes y lo contrario sucedió con la educación pública que se redujo en 1´057,000 estudiantes cayendo en 865 mil estudiantes en primaria y 239 mil estudiantes en secundaria.

3). Arequipa con 50.1% es la ciudad que tiene el porcentaje de matrícula privada más alto en el país, superando a Lima que llega a 49%, seguido por Trujillo 44.1%, Callao 39.7%, Chiclayo 38.6% e Ica 30.7%.

Parece ser que la educación privada crece como consecuencia de la fuerte decepción frente a la educación pública sumado al mito de que “todo lo privado es mejor” (más aún si no hay huelgas y los “clientes” tienen voz y voto para quejarse cuando algo anda mal).

Sin embargo ese estereotipo pro-privado que no distingue entre las instituciones educativas que ofrecen un buen servicio y las que son una estafa, es otro lamentable subproducto de la frustración ante la educación pública.

¿Qué pasará conforme esta tendencia se acentúe y la tecnología globalice el mercado educativo mundial con múltiples ofertas de educación internacional digital, semipresencial, online? Posiblemente ocurra en el Perú lo que ya empieza a ocurrir en Chile, Colombia, Estados Unidos, países nórdicos y algunos asiáticos. La educación gratuita se expresará mediante vales entregados a los padres para que contraten la educación privada (gratuita) que mejor les parezca. Se dará paso a la competencia por servicios de calidad y al derecho de los padres a escoger. En ese momento, todo el debate sobre la calidad de la educación pública y la carrera magisterial cambiará totalmente de contenido.

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