Los expertos educacionales se la pasan explicando cómo es que el uso de las tecnologías disponibles para el aprendizaje puede ampliar la brecha que divide a los que tienen y no tienen acceso a ella. Eso a su vez implica que los pobres serán los más perjudicados, ya que la escuela pública a la que suelen acudir no cuenta con similares recursos que las privadas de más alto nivel.
Frente a eso, un grupo de estudiantes norteamericanos de secundaria presentaron un estudio sobre el impacto de la tecnología (o la falta de ella) en sus aprendizajes en la Digital Media and Learning Conference en San Francisco (Students Demand the Right to Use Technology in Schools; mindshift 6/3/2012). Allí demandaron el acceso a la misma tecnología a la que acceden los estudiantes privilegiados, en circunstancias que sus colegios carecen de suficientes PCs operativas, software actualizado, acceso a internet y bibliotecas bien dotadas.
Hicieron una investigación con sus propias cámaras, laptops y teléfonos celulares para captar la data, hacer videos, encuestas online y entrevistas cara a cara, para llegar a sus conclusiones. El 49% hace sus tareas con internet, pero no tienen acceso en el colegio. Tampoco pueden usar los trabajos que hacen en medios electrónicos porque no hay proyectores en los colegios.
Demandaron tener profesores de calidad que les permitan usar sus celulares y tabletas electrónicas para sus quehaceres del aula. Sostienen que sus celulares tienen mejor acceso a internet que las computadoras del colegio. En vez de considerar el acceso a facebook como un distractor, deberían usarlo como una herramienta para el aprendizaje, colocando allí temas para las clases, facilitando diálogos con profesores y espacios para expresar sus puntos de vista, compartir reflexiones, apuntes y recursos.
¿Y cómo deslindar a quien twittea o usa youtube para aportar a la clase de quien lo hace para distraerse? Replicaron que es tarea de los profesores motivar, orientar y comprometer a esos alumnos, pero no por ellos -que igual se dispersan en las clases tradicionales- se debe afectar el avance de todos aquellos que pueden cerrar brechas usando la tecnología a su alcance.

Artículos afines:

The effects of smartphone use on parenting. Los efectos del uso de teléfonos inteligentes en la crianza de los hijos no son lo negativos como se suele anunciar. Un nuevo análisis exhaustivo publicado en el Journal of Child Psychology and Psychiatry encontró que es poco probable que sea así.

Los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas. En Silicon Valley proliferan los colegios sin tabletas ni ordenadores y las niñeras con el móvil prohibido por contrato

Nada de móvil para menores de 12 años, y sin whatsapp hasta los 16: la Policía explica los peligros

Continuamente los padres piden algunas pautas para saber cómo abordar el uso del teléfono celular por parte de sus hijos. En otros casos hay niños que aún no usan el teléfono celular pero sí otros equipos con juegos y entretenimientos digitales. Acá encontrarán un video orientador de 6′ muy útil. #AprendemosJuntos V.O. How do we use the mobile phone in front of our children? Adam Alter, psicologo y conferencista (Si desean el video completo de la entevista de 31′ lo pueden encontrar en https://www.youtube.com/watch?v=2qszoZ-GqU8&feature=em-uploademail )

Interesante. The Scientific Debate Over Teens, Screens And Mental Health Tres puntos de vista que se confrontan. El que procura ser menos categórico dice que «No es que el uso de teléfonos celulares por parte de adolescentes sea el causante del aumento de problemas de salud mental. Son los adolescentes que ya están luchando con ese tema los que pueden sentirse más atraídos por las pantallas y tener más probabilidades de entablar relaciones poco saludables con los medios de comunicación, por ejemplo, al buscar información sobre autolesiones o encontrarse con ciberbullies. El tiempo que pasan en línea a su vez puede hacerlos sentir peor».

Protestas Estudiantiles en Chile

Steve Jobs, Libros Digitales y Educación

Tomadura de pelo: enseñar a los escolares las habilidades para el siglo XXI

Have Smartphones Destroyed a Generation?JEAN M. TWENGE SEPTEMBER 2017 ISSUE More comfortable online than out partying, post-Millennials are safer, physically, than adolescents have ever been. But they’re on the brink of a mental-health crisis.

En España, uno de cada tres niños de 10 años tiene móvil.En el caso de los de 13, el 78,4%, y entre los de 15, el 90%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2014. No existen datos oficiales de cuántos centros educativos usan los móviles en clase frente a los que lo prohíben. Tampoco del número de profesores capacitados para usarlos como herramienta didáctica.

Cómo frenar el enganche al móvil en los mayores de 16 años (sin quitárselo)

“Con los preadolescentes, la clave es más bicicleta y menos ‘smartphone”. Bárbara Tamborini y Alberto Pellai son autores de ‘La edad del tsunami’, un libro en el que se acercan a esta etapa vital poco estudiada y sumamente desconocida

Niños y adolescentes en medios digitales (Asociación Pediátrica Norteamericana)

Una postura contracorriente. Las escuelas están prohibiendo los teléfonos inteligentes. Wahington Post 21 09 2018 Aquí hay un argumento de por qué no deberían y qué deberían hacer en su lugar. Schools are banning smartphones. Wahington Post 21 09 2018 Here’s an argument for why they shouldn’t — and what they should do instead.

Abusar de las pantallas lastra la inteligencia de los niños. El Pais 26 09 2018. Un estudio marca como límite máximo las dos horas diarias de ocio con tabletas y móviles.

‘Schools need to react quickly’: Education expert urges smartphone ban (Australia)

Lo que sabemos sobre las pantallas y los niños. ¿Realmente las pantallas les hacen daño a los niños? La investigación longitudinal espera seguir a 11.800 niños a través de la adolescencia, con estudios anuales de resonancia magnética, para ver si los cambios en el cerebro están relacionados con el comportamiento o la salud. El estudio comenzó en 2013 con veintiún centros de investigación académica; el enfoque inicial era en los efectos de las drogas y el consumo de alcohol en el cerebro adolescente. El proyecto se ha expandido y ahora incluye otros temas, como los efectos de las lesiones cerebrales, la exposición a pantallas, la genética y una serie “de factores medioambientales diversos”. Separar las consecuencias negativas y las positivas en el desarrollo físico del cerebro será muy difícil, dados los muchos factores que están potencialmente en juego: desde los efectos del consumo de marihuana, del alcohol, los cigarrillos electrónicos, las diferencias genéticas, los cambios en casa o la escuela hasta toda la tormenta emocional que conlleva la adolescencia. La mayoría de los padres quizá ya están conscientes de la desventaja más grande del tiempo frente a las pantallas: el grado al que puede desplazar otras experiencias de la infancia, entre ellas el sueño, escalar cercas, jugar al aire libre o meterse en problemas. Aunque muchos padres —quizá la mayoría— seguramente vieron varias horas de televisión al día cuando eran jóvenes. Puede que sus experiencias quizá sean más similares de lo que creen a las de sus hijos.

Pilar Sordo (2019): «La educación actual forma jóvenes emocionalmente analfabetos». Una mirada cautelosa para entender la educación, desde lo familiar hasta lo social

(LT: es bueno hacer consultas, pero me pregunto, si la mayoría dice que quiere que los niños tengan celulares en la escuela, ¿significa eso que es lo más educativo y favorable a su salud mental? ¿No debería ser el ministerio un ente rector alimentado por saberes especializados?) Chile: Gobierno anuncia consulta nacional sobre el uso de celulares en colegios. Según el Censo digital VTR Internet Segura de 2018, siete de cada 10 niños tienen un celular propio a los 9 años, y cuatro de cada 10 niños y jóvenes están más de tres horas del día conectados a sus dispositivos móviles.