José María de Romaña replicó ayer a mi artículo “La enésima crucifixión” del 19 de marzo escribiendo “Ni antisemitismo ni anticristianismo” ante lo cual sólo puedo sugerirle que lea mi columna aclaratoria “Pasión y Educación” del 26 de marzo. Esclarecidas nuestras diferencias, judíos, cristianos y musulmanes de buena voluntad debemos concentrarnos en enfrentar los enemigos comunes que se acaban de desnudar por completo en Madrid en nombre de la “Guerra Santa” islámica.

Ocurre que en adición a los atentados de los terrorismos nacionales, como los de Sendero Luminoso, ETA, IRA, Ejército Rojo japonés, etc., está creciendo el movimiento terrorista internacional de fundamentalistas islámicos violentistas, que no sólo realizan atentados casi cotidianos en Israel e Iraq, sino que ya han atacado por todos los rincones del planeta. Veamos algunas muestras: Lokerbie-Escocia 1998, Avión PANAM, 270 muertos; Bs. Aires 1992, embajada de Israel, 22 muertos; Bombay-India 1993, 300 muertos; Bs. Aires 1994, AMIA, 85 muertos; Kenya y Tanzania 1998, embajadas de EEUU, 224 muertos; Rusia 1999, mercado, 62 muertos; Manhattan 2001, Torres Gemelas, 2,976 muertos; Bali-Indonesia 2002, discoteca, 202 muertos; Moscú 2002, teatro, 128 rehenes muertos; Manila-Filipinas 2003, mercado, 13 muertos; Casablanca-Marruecos 2003, restaurante “La Casa de España”, 45 muertos; Ouetta-Pakistán 2003, 53 muertos; Ankara-Turquía 2003, sinagogas, 20 muertos; Moscú 2004, tren, 40 muertos; Madrid, 11-3-2004, estación de tren, 191 muertos.

¿Qué tienen en común estos atentados? 1) Son mega atentados terroristas cometidos premeditadamente para matar masivamente a civiles, y ocurren en todos los continentes. 2) Siendo distintos grupos -Al Qaeda, Yihad, Hizballah, Hamas, Abu Sayyaf-, todos se apoyan entre sí y tienen un mismo objetivo: la lucha contra el “satán” judío y/o cristiano de Occidente, causante de las perversiones del planeta, que debe ser sometido o eliminado. 3) En su gran mayoría son grupos violentistas islámicos auspiciados, entrenados, armados y financiados por Irán (que ahora también desarrolla armas nucleares).

Frente a esta grave amenaza, el mundo se debate entre dos diferentes concepciones respecto de cómo luchar contra el terrorismo. Están los que dicen “con los terroristas no se negocia. Se lucha hasta el final con todos los recursos disponibles”, entre los cuales tenemos a Bush, Aznar, Blair, Sharon, Fujimori, Putin. Hay los que dicen “hay que negociar con los terroristas para llegar a acuerdos que los desactiven”, entre los que están Rodríguez Zapatero, Solana, Rabin, Barac, Cook, Chirac, Shroeder. Es más, varios gobiernos europeos se comportan como si hubiera terrorismo bueno y terrorismo malo. Terrorismo bueno sería el del Hizballah, Jihad, Hamas, Sendero Luminoso, que gozan de cierta simpatía y justificaciones oficiales, y pueden hacer colectas y campañas de propaganda sin impedimento legal alguno. Terrorismo malo sería solamente el de IRA, ETA o Al Qaeda, porque han atacado directamente a sus países.

Los pueblos eligen pendularmente entre unos y otros gobiernos, buscando desesperados que alguien frene esta amenaza. Sin embargo, la experiencia enseña que sólo se podrá luchar eficientemente contra el terrorismo si izquierda, centro y derecha, así como judíos, cristianos y musulmanes ven como tarea común la lucha contra toda expresión de terrorismo o “Guerra Santa”, venga de quien venga u ocurra donde ocurra, sin excepción.
Al Qaeda y sus aliados han hecho conocer que el ataque a Madrid era un “ajuste de cuentas por las cruzadas europeas contra el Islam”, especialmente en Andalucía, y que seguirán ataques a Londres, por su alianza con el Gran Satán; a Roma porque “Occidente es la cruz y los romanos son los propietarios de la cruz. Los musulmanes reconquistarán Constantinopla por segunda vez”. La lista incluye un ataque a Viena, para ajustar cuentas por los ejércitos musulmanes derrotados en 1683; y así sucesivamente. ¿Hace falta entender quiénes son nuestros enemigos comunes?