Empezaré reconociendo que la conferencia ha sido facinante y muy didáctica, como corresponde a un experto en didáctica.
Tonucci habla de la tensión entre la familia como escenario natural de crecimiento del niño, que en su seno crece de manera natural a cargo de los padres y parientes, y la escuela como espacio artifical, formal, carcelario para el crecimiento del niño en función de las expectativas y demandas de los profesionales de la educación.
Una vez más se plantea como en muchos otros lugares que la escuela es la condena de 11 años que deben pagar los niños hasta llegar a la universidad donde recién se formarán de acuerdo con sus verdaderos intereses, para llegar a ser profesionales productivos.
El esquema de modelos que plantea Tonucci es clarísmo, que confronta la educación con ojos de niño frente a la educación con ojos de pedagogo.
El Modelo1 es el del pintor. Es el modelo inductivo acumulativo. Las cosas importantes vendrán después. Las primeras experiencias se acumulan para llegar a la plenitud en la adultez. Las figuras claves son los maestros y catedráticos.
El Modelo 2 es el del escultor. Es el modelo deductivo regresivo. Las cosas importantes ocurrieron antes. De las primeras experiencias se derivarán las futuras. La plenitud se da en la infancia. Las figuras claves son los padres y familiares.

El aprendizaje natural ocurre en la familia, a cargo de los padres, donde hay mucho placer. El aprendizaje formal ocurre en la escuela, a cargo de los profesores, donde hay mucho displacer. No es casualidad que los colegios se parecen tanto a las cárceles.

Me pregunto porqué hay tantos jóvenes para quienes el estudio escolar es sinónimo de aburrimiento, y la enseñanza es una lucha permanente de los profesores por conseguir que los alumnos estudien, hagan tareas, se callen en clase y se porten bien. Los alumnos hacen lo mínimo necesario para aprobar las pruebas y pasar los cursos, para luego olvidar todo lo estudiado.
Ocurre que simultáneamente estos mismos jóvenes, de quienes los profesores dicen que son vagos, inmaduros, irresponsables, desmotivados y apáticos, hacen un sinfín de actividades con mucho entusiasmo, energía y responsabilidad. Sea jugar complejos videojuegos, entrenar muy seriamente su deporte por varias horas, cocinar ricas comidas, tomar excelentes fotografías, trabajar disciplinadamente en negocios de comida rápida, jugar cartas como expertos, cantar o actuar ante cientos de personas.
Al parecer los profesores no se resignan a aceptar que la escuela es una institucion artificalmente creada e impefecta cuyos paradigmas referenciales son la fábrica (que produce en serie) y la cárcel (cuyo diseño, custodia, y orden del día son similares)
Los pedagogos (escuela) luchan contra lo que motiva al alumno más que ella y los castiga quitándoselo o desprestigiándolo. Es el caso de la TV (satanizada) y el fútbol (“si no estudias matemática te quito el fútbol”).

Comparemos el aprendizaje natural vía TV y el aprendizaje forzado que ocurre en el salón de clases.
La TV motiva una atención libre sobre un currículo abierto
El aula la atención obligada sobre un currículo pre establecido.
La TV ofrece imágenes plásticas y sintéticas que condensan información
El aula más bien se explaya en detalles.
La TV estimula la emoción y la estética
El aula estimula solo la instrucción.
La TV habla del mundo y del país
El aula habla de los textos
Con la TV se viaja constantemente
En el aula se mantiene la situación estática.

¿Qué es aquello que tienen las actividades que encantan a los jóvenes que no las ofrecen los colegios, que no logran “encenderlos”? Herb Childress cita diecisiete razones por las que el fútbol (o si se quiere la música, el teatro, etc.) es mejor que la secundaria. (Herb Childress, Phi Delta Kappan, abril 1998, “Diecisiete razones por las que el fútbol es mejor que la secundaria”).

17 RAZONES FUTBOL MOTIVA MÁS QUE LA SECUNDARIA

1. En el fútbol los jóvenes sienten que cada uno es un importante. Cada uno juega en el puesto de su preferencia y aporta en función de sus habilidades.
2. En el fútbol los jóvenes se sienten estimulados a mejorarse continuamente y alcanzar su excelencia.
3. En el fútbol los jóvenes frecuentemente son aplaudidos, alentados y reconocidos por la prensa.
4. En el fútbol la falla de un jugador puede traer abajo a todo el equipo, por lo que todos tienen que dar el máximo de sí mismos.
5. En el fútbol, se estimula la repetición reiterada de jugadas hasta dominar la actividad.
6. En el fútbol a cada rato ocurre lo inesperado, y los jóvenes jugadores deben estar alertas para responder ante ello.
7. En el fútbol las prácticas no duran 50 minutos. Duran dos o tres horas seguidas hasta que los participantes estén exhaustos.
8. En el fútbol, las tareas individuales son diferentes al juego colectivo. Cada cual entrena por su cuenta las pesas, carreras, etc. para luego lograr el óptimo desempeño colectivo.
9. En el fútbol las emociones y contactos humanos son factores esperados para la actividad. Si lo hacen bien, están alegres. Si defraudan, están tristes. Se espera que los jugadores hablen entre sí mientras realizan la actividad.
10. En el fútbol, cada jugador además de haber escogido el deporte preferido también elige el puesto en el que quiere jugar. El deporte se convierte en un conjunto de oportunidades y placeres entre los cuales cada joven escoge.
11. En el fútbol, los jugadores más hábiles les enseñan a los más débiles; son su ejemplo e inspiración; eso hace que los más talentosos se sientan observados y se exijan siempre al máximo. Es más, el talentoso que no rinde el máximo se considera que decepciona.
12. En el fútbol, hay una enseñanza muy personalizada y mucho apoyo de los adultos. Cada entrenador conoce al dedillo a sus jugadores, uno por uno, lo que les gusta y les es difícil; sus expectativas y sentimientos.
13. En el fútbol, los adultos participan con un genuino interés. Les apasiona lo que hacen. Adoran el juego.
14. En el fútbol, los voluntarios de la comunidad tienen una enorme importancia. Ningún equipo de fútbol podría existir sin voluntarios, que asisten al entrenador, que ayudan al equipo, que alientan desde las tribunas.
15. En el fútbol, el ingreso y el avance en la carrera deportiva no depende de la edad sino de las habilidades y talentos de cada uno. Un novato puede entrar como titular al equipo.
16. El fútbol es más que la suma de las partes. Los jugadores practican jugadas específicas en forma aislada, pero ellos saben que al final el trabajo lo deben hacer en equipo.
17. En el fútbol, se espera de los jugadores una performance en público. El incentivo de desempeñarse frente a amigos, familiares e hinchas es una gran motivación para los deportistas. El temor a quedar mal también es una motivación adicional.

Poco de esto ocurre en el salón de clases. Por eso aburre. No motiva ni emociona.

De alguna manera lo que estamos observando es que el modelo de escuela que conocemos es muy imperfecto y poco exitoso. Frustra al alumno, cercena sus libertades y capacidades y promueve el fracaso y al rigidez. La pregunta por supuesto es cómo hacerla diferente. Pero para reducir esa gran pregunta a preguntas más específicas quisiera plantear las siguientes.

1)Pregunta: una cultura esencialmente autoritaria como la peruana, que critica y condena violentamente los errores y tiene dificultades para reconocer y premiar los aciertos ¿puede permitir una educación más horizontal y tolerante de los intereses, ritmos y tiempos de los alumnos?
Aceptar que la trasgresión no es una como violación de una norma sino una oportunidad para el aprendizaje es toda una revolución cultural.
2) Pregunta: cuando la propuesta de un niño tiene que chocar con la propuesta del profesor, la del niño queda aplastada y anulada. No puede competir con él. Parecería que el buen maestro es aquel capaz de manejar las transiciones entre el placer de la situación natural y el displacer de la situación formal. Por ejemplo, el niño rural en los primeros tres años tiene un desarrollo muy normal, pero ni bien tiene que escribir se detecta que tiene enormes carencias motoras y otras para esa habilidad para la cual no fue aprestado a tiempo. Si hubiera que invadir su infancia con aprestamientos premeditados puede ser invasivo. ¿Cómo manejar esa transición?
Otro ejemplo: La transición del texto escrito por el niño con mucho contenido pero muchos errores, al texto escrito sin errores.
¿Cómo se corrige eso?
Aceptar que la transición es diferente en cada uno, y que por eso debe merecer un seguimiento individual, es la base de la verdadera revolución didáctica. No hay confianza en que con poco, despacio, pero bien, se llega lejos. Cuando no hay confianza en el aprendizaje con sentido, se apela a la enseñanza sin sentido.
3) Finalmente, ¿cómo educar al profesor para que cuando él tenga a su cargo alumnos sea capaz de alentarlo antes que anularlo?
Posiblemente el caminos ea que el futuro profesor viva cuando es estudiante en el instituto la pedagogia aquello que se espera que después él lleve al aula.

FINAL: Termino mis comentarios adhiriéndome a la propuesta de Tonucci visualizada con la imagen del niño de 1 año colocado en una manta para facilitar su expansión natural, en vez del niño colocado en un corral para contenerlo y amoldarlo a los límites del adulto.