Que más de 300 mil maestros hayan salido a las calles para exigir demandas salariales no es un hecho fortuito. La desatención de las necesidades de los docentes desde hace varias décadas, afirman especialistas, hacía previsible que los profesores, más temprano que tarde, harían escuchar su voz. Lo que sí nadie esperaba es que el paro se prolongue, hasta ahora, por más de trece días y que sea tratado por el gobierno, y en particular por el ministro del sector, Gerardo Ayzanoa del Carpio, de la manera «menos idónea», a decir de expertos en asuntos educativos.
Si bien el problema del magisterio tiene un arrastre de varios años, el incumplimiento de las promesas electorales del presidente Toledo de duplicar el sueldo ahondó el descontento de los maestros. Esto se agrava con el hecho de que, al debatir el presupuesto nacional para este año, el Congreso «olvidó» incrementar en 0.25 por ciento los recursos destinados al sector educación, tal como se comprometieron a hacerlo anualmente las diferentes fuerzas firmantes del Acuerdo Nacional.
Una huelga del calibre de la actual, por tanto, era totalmente previsible, y adelantar la negociación y no esperar a que los más de 300 mil maestros se declaren en huelga indefinida hubiera sido lo mejor, afirma el presidente del Consejo Nacional de Educación, padre Ricardo Morales Basadre.
Sentado en su oficina de director del colegio La Inmaculada, el religioso dice, sin embargo, que no se puede responsabilizar de todo al régimen o al ministro Ayzanoa. «Ha faltado una capacidad de negociación por ambos lados, hay intransigencia por ambos lados», señala.
El ex viceministro de Educación durante el régimen de Valentín Paniagua, Idel Vexler, es más crítico y considera que incluso hubo cierta inacción y falta de liderazgo en el sector, que coadyuvó a llegar a la situación actual. «Es justo lamentar que no se hayan tomado las medidas oportunas para evitar esta huelga magisterial que se veía venir desde hace varios meses. Creo que eso se debe a que la educación en su integridad no es una prioridad nacional, y también a una falta de previsión y de compromiso con la revalorización magisterial de parte del sector», dice.
La falta de muñeca y de coherencia en la posición del gobierno y de su ministro negociador es cuestionada también por el especialista en temas de educación León Trahtemberg, quien considera que se ha tratado de negociar con los huelguistas de manera totalmente inapropiada. Critica, por ejemplo, que el gobierno haya «jugado todas sus cartas» el primer día de la huelga.
«Ese día, el aumento de sueldo de 100 soles y la mayor parte de las reclamaciones del Sutep ya estaban ofrecidas por el gobierno. No se ha guardado un margen de negociación para buscar una reciprocidad por parte del magisterio respecto a una serie de exigencias que deberían cumplir también los maestros, como un mejor desempeño», afirma.

PRIORIZAR RECURSOS

Los tres especialistas en educación coinciden en que es necesario que el gobierno priorice recursos para el sector educación, sacrificando o postergando si es necesario otros, en el entendido de que esta es un pilar para el desarrollo nacional. Trahtemberg recuerda además que ese sector no tiene cómo desarrollar recursos propios, por lo que estos necesariamente tienen que venir de otro lado.
Para Morales, Vexler y Trahtemberg, la forma en que se llegará al término de la huelga magisterial y cuándo ocurrirá es totalmente imprevisible. Los dos primeros indican que el foro del Acuerdo Nacional debe formar parte de las soluciones, por lo que sus integrantes deberían convocar a un ‘Pacto Social por la Educación’, el cual debería ser un mecanismo para mejorar la calidad y equidad de la educación, pero sobre todo «para pasar progresivamente de los anuncios a los hechos».
Trahtemberg considera que el gobierno quebrará la huelga, porque puede esperar todo el tiempo del mundo a que el magisterio se agote, como lo hizo Fujimori. «El Sutep tiene que encontrar una salida decorosa y ponerle en bandeja a Toledo un anuncio que le permita culminar la huelga. Quizá cerrar la huelga con un aumento de 110 soles», finaliza.

 

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Aumentos no solucionan problemas

Un incremento de los salarios de los maestros no es suficiente para resolver todos los problemas del magisterio, coincidieron en indicar los expertos en educación. El padre Ricardo Morales señaló que hay muchos asuntos de la educación que no requieren dinero, sino decisión y voluntad política.
Por ejemplo, precisó que la educación de la primera infancia es un punto crítico en la educación nacional. «Si no se atienden los primeros años de la vida de los niños con una educación inicial, una estimulación y una atención integral, estamos comprometiendo su desarrollo humano», manifestó.
Idel Vexler opinó que es necesario revalorar al magisterio mediante una carrera que opere por medio de un escalafón con evaluaciones transparentes y justas que tomen en cuenta la formación continua de los docentes, su experiencia y sus méritos profesionales.
Dijo también que se requiere de una política educativa de mediano y largo plazos.
Trahtemberg consideró que faltan centros de formación y capacitación que cultiven el potencial docente, además de una Ley del Magisterio moderna que incentive la superación profesional dentro de una renovada carrera docente.

Una bomba de tiempo

Las potestades y facultades que el gobierno ha otorgado al Sutep en algunos de los 40 preacuerdos entre la Comisión de Trato Directo del Ministerio de Educación y el gremio de maestros -como su participación en la capacitación, reubicación y designación de profesores- fue criticada por especialistas de Educación.
León Trahtemberg afirmó que algunos de los 40 puntos parecen reflejar una especie de cogobierno futuro entre el Ministerio de Educación y el Sutep para cualquier asunto vinculado al magisterio. «El ministerio ha perdido su capacidad de liderar, como autoridad gubernamental, todo aquello referido a la vida del magisterio, y se ha ofrecido a cogobernar con el Sutep. Es un retroceso en el liderazgo del Ministerio de Educación que va de la mano con un liderazgo del propio ministro», dijo.
Agregó que esos puntos serán «una bomba de tiempo para los próximos ministros», porque el ministerio tendrá que consultar al Sutep para cualquier cosa que desee hacer.