Para León Trahtemberg el tema es claro:

Si el gobierno quiere invertir en los pobres debe hacerlo mejorando la educación en el país. Trahtemberg, experto en temas de educación, recomendó que los fondos de ProPerú deben destinarse a mejorar las escuelas del país “que se están cayendo a pedazos”. “Los pobres también tienen derecho a una educación digna”, afirmó.

–¿Qué hacer frente al problema de la infraestructura educativa del país?

Mi propuesta es fácil. Si el gobierno quiere atender a los sectores más pobres del Perú debe invertir en educación. Son los más pobres los que utilizan las escuelas que se están cayendo a pedazos. Además, para el caso de la educación ya se sabe qué colegios están en mal estado. En cambio para ProPerú recién se quiere empadronar e implementar la logística. La recomendación que hago es que el dinero destinado a ProPerú se invierta en infraestructura educativa, servicios higiénicos y las necesidades que ya están identificadas. Debe tenerse en cuenta que los colegios se están cayendo a pedazos y nadie hace nada.

–El ministro ha dicho que la infraestructura es importante, pero que no es lo esencial. Comentó que él estudió en un colegio que en vez de baño tenía una fosa…

Lo que pasa es que hay criterios distintos, pero es lo mismo que en una casa: hay casas donde los niños viven en esteras y hacinados. Otra cosa distinta es que vivan en una casa de material noble, donde hay mayor comodidad y que les permite una vida mucho más digna. Lo mismo ocurre en los colegios: una infraestructura adecuada es cuestión de dignidad y significa que el Estado expresa su preocupación por una educación digna y decorosa.

–¿Se está preocupando el gobierno?

Hay ciertas pinceladas de preocupación. Considero que el ministro Javier Sota está haciendo esfuerzos. Definitivamente, cuando uno evalúa la política del gobierno de Toledo debe mirar los cuatro años y lo que ve es que no se ha hecho gran cosa en el sector. El mismo ministro pidió el año pasado S/. 1,180 millones para hacer un buen trabajo y al final le dieron S/. 36 millones. Pero como conjunto no se ha avanzado mucho.

–¿Y el tan mentado Plan Huascarán?

La mitad de los colegios del Perú está en situación precaria. Si se hubiera empezado desde el 2001 con una política educativa de mejoramiento de la infraestructura y una mejor integración curricular definitivamente estaríamos mucho mejor. Incluso, el Plan Huascarán ha desaparecido del mapa cuando era la gran bandera de innovación educativa que había planteado el gobierno de Toledo.

–¿Cuáles deben ser las principales preocupaciones del sector?

La infraestructura es importante. No se puede permitir que se caigan los techos, ni escuelas sin agua y sin luz ni con los cableados descubiertos. Debería ser una preocupación el mantenimiento de los colegios y que todos tengan servicios higiénicos decorosos, que den dignidad al usuario. Y el otro tema es la modificatoria curricular, en la que todos los profesores del Perú, independientemente que enseñen física, química o biología, deben lograr que todos los alumnos comprendan lo que leen.

–¿La solución entonces es otorgar mayores recursos?

El problema del gobierno es que debe saber a qué hay que destinar los recursos. Si la prioridad son los pobres debe tener claro que necesitan colegios dignos. La educación es importante y todo el mundo, como los políticos, lo dicen, pero las palabras no pagan impuestos y los políticos no la han puesto en el primer lugar. Sin embargo, los políticos no permitirían que sus hijos estudien ni cinco minutos en escuelas que se están cayendo a pedazos o que ocupen baños que son inocupables. Ningún ministro ni congresista permitiría que su hijo vaya a un baño así. Y si lo están permitiendo es porque no les importa el prójimo ni la educación.