León Trahtemberg: “Ministro Saavedra tendrá el viento en contra”
Rumbo Económico (web) por Javier Aguilar Posted 30/08/2016

León Trahtemberg, premiado el 2001 con las palmas magisteriales en grado de “Amauta”, es uno de los especialistas más destacados del país en materia de educación. Con motivo de este especial, Rumbo Económico pudo conversar con él sobre la situación de la educación en el país y nos brindó sus apreciaciones sobre la actual gestión del Minedu y la ley universitaria.

Rumbo Económico: ¿Cuál es su balance de la gestión del Ministro Saavedra hasta la fecha?
LT: Hace un año plantee en diversos foros que me parecía que el ministro Jaime Saavedra tenia los méritos para quedarse unos años más al frente del Minedu, aún frente al cambio de gobierno, porque tenía varios logros: 1. reconocimiento público por su liderazgo, corrección en temas de corrupción, empatía y solvencia profesional luego de décadas de liderazgos ministeriales opacos y cuestionables; 2. logros notorios en la captación de fondos para incrementar el presupuesto de educación; 3. acciones creativas para aumentar inversiones en el sector en infraestructura, alianzas público privadas, obras por impuestos, etc. 4. búsqueda de eficiencia en la gestión del sector y de implementar las normas que exigían evaluar docentes y directores para poner orden en los pendientes respecto a estos temas; 5. enfrentamiento al SINEACE en su pretensión (absurda) de que se acrediten los 100,000 colegios del Perú.

Pese a ello, siempre señalé que su equipo pedagógico era muy débil, y que la cúpula del Minedu (en la que dominan los economistas, planificadores, administradores y sociólogos) no tenía la visión y solvencia en los ámbitos propios de la pedagogía vinculados al currículo, relación docente alumno en el aula, capacitación, acompañamiento docente, manejo de las evaluaciones censales, y el entendimiento de cómo funciona la innovación en las escuelas y los alicientes que ello requiere. La innovación no nace de los ministerios sino que ocurre en los colegios, públicos y privados, y eso requiere contextos de mayor autonomía y alicientes que la estimulen, porque son los grandes succionadores hacia arriba de la calidad educativa. Ello es opuesto a políticas controlistas, represivas, intimidantes, y homogeneizadoras. Los COAR no son ejemplo relevante de innovación porque son una sola institución por región, solo para alumnos seleccionados a partir de 3ero. de secundaria, con docentes que no salen de la ley magisterial -sus requisitos y remuneraciones-, con infraestructura y presupuestos mayores a los de las escuelas comunes. Por lo tanto no son experiencias transferibles al común de las escuelas, mucho menos a las de primaria donde se gesta el gran fracaso escolar que tiene que ser revertido.

Más recientemente han surgido enormes preocupaciones en las escuelas privadas al conocerse el proyecto de reglamento para la educación privada que realmente parece haber sido hecho para lograr todo lo contrario a lo dicho anteriormente. El Minedu debería ser creativo para generar normas que a la vez que alientan la innovación de los que hacen las cosas bien, controle a los trasgresores, pero eso no se logra creando normas reglamentaristas al detalle y sancionadoras que a la larga intimidan y amenazan a quienes hacen las cosas bien y son la reserva de la innovación educativa que el Minedu debería alentar y aprovechar para beneficio del todo el país. Hemos visto como Indeci, la Sunat, Indecopi y las propias Ugeles le ponen el ojo más a los formales serios que a los trasgresores, que además se ríen de las normas porque siempre encuentran la forma de evadirlas con todo tipo de triquiñuelas, leguleyadas y no pocas veces, coimas.

Regresando al plano político, conocidos los resultados de la primera vuelta, el Ministro Saavedra seguramente se dio cuenta que a diferencia del quinquenio anterior, ahora tendría viento en contra: menos recursos para educación, expectativas docentes de aumentos salariales, congreso mayoritariamente opositor y ser el ministro más expuesto y criticable porque era el único que venia del gobierno anterior. Además, sus flancos débiles estaban a la vista, particularmente con los temas del SUNEDU, el currículo, la irritación de los colegios privados y las quejas docentes. Lo lógico sería girar la acción ministerial expresando receptividad y revisando los temas irritantes en busca de tener aliados que permitan sostener su gestión con el mayor apoyo de todos los sectores y menos flancos débiles para lidiar con la oposición. Esa al menos es mi expectativa.

RE: ¿Cuál es su opinión sobre la nueva ley universitaria y el rol que viene cumpliendo SUNEDU? ¿Qué cosas deberían de modificarse/qué cosas pueden mejorarse?
LT: La ley universitaria me parece que nació débil porque se orientaba principalmente a buscar controlar a las instituciones de peor servicio, y no generó una “succionadora hacia arriba” de calidad y actualización; ni siquiera de las 10 públicas y privadas, que asume como satisfactorias (pese a que están pobremente rankeadas en el mundo) y mucho menos de las decenas de universidades que le siguen que no llegan al nivel internacional satisfactorio.

El flanco débil de la SUNEDU es su dependencia del Minedu y, se quiera o no, eso genera una limitante a su autonomía que debe ser revisada. De lo transcurrido hasta hoy, las universidades ya empiezan a sentir limitaciones: se observa una tendencia burocrática y afán de solicitar documentaciones que permiten avisorar que se generarán cuellos de botella y demoras que pesarán en el quehacer universitario.

RE: ¿Cree usted que debería de permitirse el lucro en la educación? ¿Por qué?
LT: La pregunta del lucro en educación, equivale a preguntarla respecto a la salud y alimentación. El estado se obliga a ofrecerlas gratuitamente a todo aquel que las requiera (lamentablemente de modo poco eficaz) pero abre la opción de que quien quiera ofertar un servicio alternativo, habiendo quienes deseen pagar por él, puedan pactar para hacerlo. Eso está señalado en la Constitución. Así como un restaurante o una clínica por el hecho de cobrar y lucrar con la alimentación o los servicios de salud no tienen por qué ofrecer un pésimo servicio, o un consultor experto en nutrición o salud tiene derecho a una remuneración profesional lucrativa a cambio de sus servicios, y lo mismo es aplicable a la educación.

Dicho sea de paso, en algunas de las llamadas instituciones educativas sin fines de lucro, inclusive religiosas, si se analiza bien la asignación de sueldos, contratos con terceros para compras, publicidad, alquileres, construcciones, servicios y en general, la asignación de recursos y excedentes para diversos fines, no debería sorprendernos encontrar la existencia de un lucro encubierto o una asignación de recursos que no soportaría la prueba de concursos públicos abiertos y auditados.

El problema cultural en el Perú es que se confunde el lucro con la estafa u oferta de un mal servicio, producto de una combinación de una idealización de los promotores y profesionales de la salud o educación como “apóstoles” (que no tienen derecho a una remuneración o lucro como cualquier otro profesional o servicio empresarial), a la par de una tremenda frustración por la cantidad de instituciones de pésimo nivel que el ministerio no controla en defensa de los usuarios.

Si no hubiera instituciones privadas ofreciendo servicios de salud y educación con fines de lucro, de las que reitero hay una buena cantidad, los niveles de frustración de los usuarios condenados a los servicios públicos y la presión para conseguir vacantes se multiplicaría enormemente.

RE: ¿Cómo ve actualmente la situación del magisterio y su relación con el ejecutivo?
LT: El magisterio estuvo a la espera de las evaluaciones de ascenso y ahora está a la expectativa de los aumentos del piso salarial prometidos en la campaña electoral del presidente PPK. El Premier Zavala ha dicho que ese aumento estará atado a modificaciones en la ley de carrera magisterial ministerial que es otra interrogante. Creo que el magisterio esperará a conocer detalles para asumir una posición respecto al ejecutivo.

El magisterio peruano en el sector público está cada vez más presionado por las Ugeles y los acompañantes docentes para cumplir con las consignas ministeriales controladas al estilo de llenar un “check list”, en lugar de ser un acompañante que ayuda al profesor a encontrar estrategias para resolver los problemas que lo angustian y “entrenar” a los alumnos para las pruebas censales, lo cual produce un desgaste que en algún momento cobrará su precio en términos de hartazgo. Me llama la atención que no se asigne a los acompañantes docentes prioritariamente la tarea de acompañar a los profesores que deben atender a niños con necesidades educativas especiales, que son los más abandonados a su suerte por la escuela pública. Se obliga a recibirlos en las aulas pero no se da la asesoría cotidiana y recursos para que los profesores aprendan a trabajar con ellos y permitir su progreso.

Otra área de expectativa del magisterio se refiere a la contratación de maestros (insuficientes) para educación física, arte e inglés. Formarlos y luego contratarlos será un reto de largo aliento.

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