Trahtemberg: El verdadero problema está en las universidades públicas abandonadas por el Estado” (El Universal 205, 2 1 2014)
E l proyecto de la nueva ley universitaria quedó listo para debatirse en el Pleno del Congreso, pero esta ha generado polémicas, por lo que conversamos con el experto en educación León Trahtemberg, para que nos explique ciertos detalles de aquella propuesta.

-¿Considera que el proyecto de ley para reformar las universidades será la solución al problema de la educación superior?
-Se ha tratado de actualizar el sistema universitario pero creo que a sus promotores les ha faltado “muñeca política” para desactivar los núcleos de conflicto que podrían haberse resuelto de modo menos irritante. Por ejemplo los temas de la superintendencia, elección de autoridades y el bachillerato con tesis. Por otro lado, una ley como esta no va a cambiar sustancialmente la educación superior, salvo que sea una que se dé desde afuera, es decir, que se diga que “a partir de la fecha se permita la instalación en el país de sedes de universidades rankeadas entre las primeras 500 del mundo”. Una ley así sacudiría inclusive a las universidades que se sienten cómodas porque gozan del favoritismo del público.

-¿Cree que algunos detractores (principalmente de universidades privadas) están en contra del proyecto porque los obligará a publicar sus ejecuciones presupuestales y balances?
– Hay una oposición pública y privada variopinta por diversas razones que no tienen que ver solamente con asuntos presupuestales. No creo que la transparencia en las cifras sea un problema para las universidades privadas, porque aquellas que quieran sacarle la vuelta lo harán dentro de la ley. Es lo usual en todos los sectores en el Perú y por eso, solo se tiene el 16% del PBI en recaudación tributaria. Por eso digo que ninguna ley cambiará lo que la realidad no está lista a cambiar.

– Se dice que el problema de la educación superior es la deficiente calidad de las universidades privadas. ¿Qué hay de cierto en esto?
– Mientras se siga pensando que todo el problema son las privadas creadas bajo el amparo de la Ley 882, no se va a entender que el problema empieza con las universidades públicas abandonadas por el Estado y todas aquellas creadas para fines politiqueros. Eso es lo que ha producido la percepción de baja calidad que ha llevado a la migración de jóvenes hacia universidades privadas.

– ¿Cree que es una buena idea reemplazar la Asamblea Nacional de Rectores y el Conafu, como refiere el proyecto, para crear una Superintendencia Nacional de Educación Universitaria conformado por miembros del Ministerio de Educación?
-Yo creo que la falta de credibilidad en las instituciones es la que hace que no se confíe en esa Superintendencia y no porque esté adscrita al Ministerio de Educación (Minedu).

-¿Se vulneraría la autonomía universitaria con la intervención del Minedu?
-Hasta donde entiendo el Minedu tiene solo un representante minoritario en el directorio de esa Superintendencia. Creo que la idea del respeto a la autonomía ha sido mal vendida y ha ganado una sensación de un supuesto control ministerial violatorio de la autonomía. Si se pudiera garantizar qué personalidades impecables integrarían la Superintendencia habría menos resistencias. Creo que allí ha habido una “falta de muñeca” para crear un mecanismo que garantice la idoneidad y solvencia académica de los integrantes de ese organismo que se quiere crear.

-¿No sería mejor que el Minedu solo se dedique a la educación básica y no universitaria?
-Es verdad que en su configuración actual no tiene ninguna capacidad de hacerse cargo de la educación superior, sea universitaria o técnica. Por lo demás, no ha demostrado eficacia en lograr una educación básica de calidad. ¿Cómo suponer que lo haría con la educación superior?

-¿La Ley 882, de promoción de inversión en la educación, ha sido perjudicial?
-Hay asuntos de fondo que tienen que ver con la incapacidad de asegurar la calidad de los servicios educativos, que atraviesa a todo el sistema. Esa ley permitió la creación de todo, buenas y malas universidades. Focalizar el problema en esa norma es mirar un detalle y no el conjunto en el que hay una total falta de mecanismos para asegurar que los asistentes a las instituciones educativas no sean estafados con una formación de mala calidad.

-¿Qué le parece que el bachillerato y la licenciatura sean obtenidos mediante tesis?
-No estoy de acuerdo con la tesis para Bachiller. Ese título debería obtenerlo todo aquél que culmina sus 10 semestres de estudios. Por lo demás, es imposible que se pida a decenas de miles de estudiantes cada año que hagan tesis y se asegure que haya quien las pueda asesorar y evaluar. Salvo que la tesis se convierta en una mera monografía, en cuyo caso ¿para qué llamarla tesis? (Javier Peña)

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