2También la educación ha sido sacudida por el fenómeno de la internet y las nuevas tecnologías. En el Perú las instituciones de enseñanza técnica y universitaria han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos. Para el experto en Educación León Trahtemberg Siederer, miembro del Consejo Nacional de Educación, se está convirtiendo paulatinamente en un estándar en todas las universidades e institutos superiores el estar conectados a Internet, facilitar el acceso a ella de los profesores y alumnos, así como contar con una intranet institucional con información administrativa, de los docentes, notas.

 

“Hay casos en los que hay amplios sistemas inalámbricos que incluyen los patios, cafeterías, bibliotecas y jardines. También hay universidades que tienen acceso a bibliotecas virtuales y bancos de datos internacionales vía Internet. En algunos casos se está usando aulas virtuales para colocar las clases de los profesores. Muchas clases tienen instaladas computadoras, televisores y proyectores para ser usadas durante las clases”.

 

Sin embargo, asegura Trahtemberg, “todo eso aún no ha impactado en la transformación de la manera de aprender de los alumnos”.
El Perú tiene uno de los mejores estándares en cuanto al acceso a internet en América Latina, pero hay otras carencias. “Hay poca inversión en el software especializado para los cursos que lo requieren, así como acceso a bancos de datos, bibliotecas internacionales, suscripción a revistas científicas”.
De otro lado, está cambiando el perfil del docente y el alumno en estos tiempos de Internet y mass media. “Hay una diversidad de situaciones. Hay profesores que se han puesto al día y manejan muy bien todas las opciones que les trae la nueva tecnología, pero hay otros que siguen enseñando en la manera más tradicional. Sin embargo, las nuevas generaciones de profesores serán todas de tele-profesores”, sostiene Trahtemberg.

 

– ¿Cuál es el reto de la educación?
–“El problema es que las instituciones educativas se han quedado en el nivel del uso de la tecnología como una herramienta de trabajo, pero no se han elevado al nivel de transformar la estructura de la enseñanza y el aprendizaje aprovechando las nuevas tecnologías. Por ejemplo mantener clases presenciales para todos los alumnos de un mismo curso con un mismo profesor el mismo día a la misma hora en el mismo lugar, es lo que ya se hacía en el siglo XIX. No es esa la visión del aprendizaje del siglo XXI, donde los alumnos podrían estudiar en cualquier espacio y tiempo, inclusive con profesores que no están físicamente en el Perú y hasta con compañeros que no sean de la misma universidad, tomando infinidad de cursos online con los cuales armarán su carrera. El espacio universitario se dedicaría más para fines tutoriales, para que los científicos hagan trabajos de taller o laboratorio, artes, deportes, etc. Aún estamos muy lejos de eso que ya podría ser posible con la tecnología existente.

 

– ¿Y como enfocar, desde la educación, el tema de las comunidades campesinas del Ande y las etnias de la Amazonia?
–Si bien algunos tendrán acceso a las cada vez más descentralizadas universidades regionales y nacionales, creo que con las más alejadas de las urbes principales podría ocurrir lo mismo que con el teléfono celular, que en muchos lugares llegó antes que la telefonía fija. Es decir, son personas que podrían dar el salto a la formación superior online internacional, sin tener que pasar primero por el trámite de convertirse en universitarios de alguna de las universidades regionales. Primero porque la distancia las hace poco accesibles y segundo porque muchas veces la baja calidad no justifica el esfuerzo. Por eso llevarles internet a los lugares más alejados del país es una opción muy valedera para permitir una mejor educación a esos pueblos. Si a eso se agrega el apoyo de profesores-orientadores bien entrenados y calificados, se podría producir una revolución educativa.