Faltando cerca de un mes para la transferencia del poder del gobierno que preside el Dr. Valentín Paniagua hacia el equipo que dirigirá el Presidente electo Dr. Alejandro Toledo, el educador León Trahtemberg pasa revista a los asuntos que está dejando pendiente el actual gobierno. En especial le preocupa la falta de inclusión de los niños en la convocatoria a la reconstrucción moral del país. En nuestra entrevista didáctica mensual con el experto en educación, nos comentará sobre algunos de estos temas pendientes.

T de M: ¿Cuáles son las principales acciones que le quedan pendientes al gobierno del Presidente Valentín Paniagua?

La primera es la lucha contra la corrupción que en el sector educación aún es muy débil.
Si bien es cierto que los principales sospechosos de haber sido corruptos fueron removidos, ninguno de los «peces gordos» que traficaron con la educación han sido sancionados. Todos sabemos que el Ministerio de Educación ha sido una pieza fundamental en la maquinaria política y electoral fujimorista, lo que en esencia implica una descarada malversación de fondos y procedimientos así como compra de voluntades. Conociendo los malos manejos en las adquisiciones y licitaciones en los otros sectores, ¿alguien podría creer que en Educación no hubo nada? Se ha escuchado de grandes irregularidades, pero ninguna se ha sacado a la luz ni ha dado lugar a juicio o sanción. La única acción judicial iniciada comprende a un organismo periférico como es el IPD. La pasividad e impunidad jamás han sido vehículos para el progreso de una país, mucho menos en un sector que simboliza la formación cívica y ética de la población.

T de M: El gobierno del presidente Paniagua convocó en enero del 2001 a una «Comisión para el Acuerdo Nacional por la Educación». ¿También eso esta pendiente?

Efectivamente. Formalmente culminará sus labores en julio entregando un documento al presidente Paniagua y a la sociedad peruana. Pero la verdad de las cosas es que esa propuesta de «Acuerdo Nacional por la Educación» debe seguirse elaborando y regenerando con el próximo gobierno, si es que de veras se quiere usar como referente para las políticas y acciones del gobierno.
Alejandro Toledo tiene la oportunidad de diferenciarse de Alberto Fujimori que no creía en diálogos, acuerdos ni consensos, para mostrar que él si cree en los acuerdos y consensos como vehículos de participación y desarrollo del país. Una nación que no conversa, negocia y acuerda sus autopistas hacia el futuro, se quedará dando vueltas en trompo cada vez que ingrese un gobierno.

T de M: Daría la impresión que este Acuerdo Nacional ha pasado desapercibido. Poca gente habla de él. ¿Qué impacto puede tener algo de lo cual los líderes no hablan ni consideran en sus agendas?

Esa comisión presidida por el padre Ricardo Morales y que la integramos 20 personas con mucha trayectoria pública ha trabajado duramente por cinco meses, sin embargo no ha tenido mayor cobertura ni por parte del gobierno que la convocó ni por parte de los medios de comunicación más masivos. Con excepción de algunas ocasionales menciones del Ministro Rubio ¿ha escuchado ud. al Presidente o algún otro ministro o líder del gobierno decir algo al respecto? Yo no. Ha sido notoria también la marginación que este trabajo ha sufrido por parte de los medios de comunicación masivos. Pocos saben que esta comisión existe y que ha movilizado a cientos de miles de peruanos por todo el territorio nacional para auscultar sus pareceres respecto a la educación peruana. Creo que esta ha sido una de las grandes oportunidades perdidas por el gobierno de transición. A decir verdad, hasta ahora no entiendo porqué, ya que tanto el presidente Paniagua como el Ministro de Educación Marcial Rubio son personas muy bien intencionadas y sensibles al tema educativo. Ellos saben que si el tema educativo debe competir por sí solo con las noticias políticas o fuji-montesinistas, no tiene ninguna oportunidad de hacerse notar. Solo si se levanta el tema intencionalmente podría hacerse notar, cosa que no se ha hecho, ni siquiera a través de la radio y televisión nacional. A duras penas le han cedido una hora semanal para el programa «Puertas Abiertas» que con gran esfuerzo y cariño conduce Zenaida Solís.

T de M: Recuerdo algunos artículos periodísticos en los que usted le reclamaba al presidente Paniagua que le hable a los niños del Perú. ¿Cuál es su intención?

Bueno, evidentemente no he tenido éxito ni he sido escuchado. Lástima. Creí que mis razones eran convincentes. Yo pienso que el gobierno peruano tiene una deuda pendiente con los niños del Perú a quienes ningún gobernante jamás se ha dirigido de manera directa. Los niños tienen su propias fantasías, temores y lenguajes, y viven muy confundidos y atemorizados por la crisis del país. Ellos entienden a medias lo que se muestra para los adultos en la televisión, y no tienen a nadie que les explique qué pasa con el Perú que se está cayendo en pedazos. ¿No merecen acaso que el padre de la patria se dirija a ellos con un mensaje tranquilizador, afectuoso, optimista, esperanzador, para animarlos a que superen este mal rato y luchen por un Perú mejor?
Ellos padecen igual que los adultos todos los males del país, pero nadie los orienta y apoya en su confusión e inseguridad. ¿No debería ser uno de los roles de un presidente, especialmente con el perfil paternal de Valentín Paniagua, dedicarles unos minutos a los niños con un mensaje dirigido exclusivamente a ellos? Si hasta el 28 de julio no hará un gesto hacia los niños del Perú, junto con todo el aprecio que le tengo sentiré la decepción de que no habrá cumplido con los niños del Perú.

T de M:Una de sus expresiones más recordadas del último CADE fue que «ni superman como ministro de educación salvaría la educación peruana». ¿Cree que el gobierno del Dr. Alejandro Toledo tendrá ese superman?

Mi intención no fue quitarle méritos ni esperanzas a quien resulte ser designado ministro, sino la de resaltar el hecho que el Ministro de Educación por sí solo puede hacer muy poco por la educación, salvo que forme parte de un fuerte equipo de gobierno que este profundamente comprometido con la causa de la renovación educativa nacional.
Por ejemplo en el tema del salario magisterial, que es un constante reto para el sector, el ministro de educación no puede hacer nada si no es por medio del Presidente y del Ministro de Economía. Lo mismo se aplica a todos los convenios de cooperación que sin el visto bueno de Economía pueden llenarse de polvo.
Hace décadas que vemos desfilar ministros de educación que no logran grandes mejoras, y no veo que eso vaya a cambiar en el futuro, salvo que de una vez por todas tengamos un «gabinete por la educación». Es desde las funciones de Presidente, el Primer Ministro, Ministro de Economía, Presidente del Congreso y Presidente de la Comisión de Educación del Congreso, que se puede influir mucho más en el quehacer educativo del país de lo que se puede hacer desde el ministerio de educación.