Correo, 22 02 2019

Curioso escenario: la sociedad considera que la educación escolar no es de buena calidad. El ministerio de educación al evaluar los aprendizajes de los escolares los encuentra insuficientes. Los profesores se quejan del ministerio, autoridades, normas, alumnos poco estudiosos. Los padres se quejan de los colegios, profesores, el trato a los alumnos, la poca estimulación hacia el aprendizaje. Los catedráticos se quejan que los egresados escolares tienen muy poca base, no saben pensar, investigar, estudiar, no tienen intereses más allá de la nota aprobatoria. Los alumnos se quejan de que el colegio es aburrido, los profesores no los motivan, la rigidez de la jornada escolar, nadie los escucha, sus opiniones no importan…

Año tras año estas descripciones se repiten y no pasa nada. Como si estuviéramos atados a una reiteración inevitable e insuperable de un modelo escolar que hace de la escuela un espacio para el desencuentro, caos y frustración colectiva.

¿No es acaso hora de repensar el modelo de escuela, currículo, formación y ejercicio docente, y en general el concepto de vida institucional de los colegios? ¿No es el momento para promover iniciativas innovadoras que permitan explorar opciones y dar saltos hacia adelante? ¿Por qué los peruanos tienen que esperar a que en algún otro país del mundo se les ocurra hacerlo y solo luego intentar copiar sus conceptos y estrategias?

¿Por qué ese complejo de inferioridad, esa incapacidad de sumar uno más uno para darse cuenta que el modelo actual no da para más, y tanta cobardía para tomar el toro por las astas?

Sigo preguntándome, por qué la educación “de antes” que recibieron los adultos decisores de hoy los ha dejado tan trabados e impotentes.

En FB: https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/2140297449404112

Afines:

¿Falta de visión o de coraje?

Cobardía para el shock pedagógico

León Trahtemberg en Ampliación del Domingo de RPP del 28 12 2015 hablando de las disrupciones que requiere la educación peruana para dar saltos significativos en la calidad de la educación que ocurre dentro de la escuela y particularmente dentro del aula https://www.youtube.com/watch?v=D_Kq5Cuqh4I&feature=youtu.be

Una prueba alternativa a PISA

Los 20 retos de la educación del siglo XXI: La creatividad y la inteligencia emocional son dos ámbitos que debe desarrollar la escuela del futuro (ABC.ES EDUCACIÓN M. J. PÉREZ-BARCO 11/12/2013)

Si despierta pasión, triunfó la educación (León Trahtemberg)

Artículo afin: Pedagogía sexy: recuperemos el placer como el eje de la educación (María Acaso) Desgraciadamente no me equivoco cuando afirmo que el aburrimiento es una de las experiencias que más intensamente he vivido en mi vida como estudiante. Y lo que es infinitamente peor, una de las experiencias que más intensamente he hecho vivir a mis estudiantes en mi vida como docente. Un aburrimiento denso, físico, tupido, de esos que se pueden cortar con un cuchillo; un aburrimiento embotador, narcótico, analgésico que te robaba poco a poco las ganas de aprender. Las experiencias de la escuela, de la universidad, de esa conferencia con un tema maravilloso pero en la que era imposible mantener la atención, están infectadas por el virus del desinterés, de la repetición y del tedio (Continua).

Mar Romera: “Nadie defiende 12 horas de trabajo, pero sí se las exigimos a los niños”. Es que no tenemos en cuenta a los niños porque los vemos como ciudadanos del futuro que no son rentables hoy. Así que como hoy ellos no tienen tarjeta de crédito y no pagan, no me interesan. Como tampoco votan, no me interesan. Todo sería totalmente diferente si el protagonista del sistema fuese el niño. El niño tiene derecho a participar en los aspectos que la afectan, a existir como persona, no como proyecto de persona. Te voy a poner un ejemplo, las estanterías con chuches que suele haber en las cajas de los supermercados: ¿las hemos colocado ahí CON los niños o PARA los niños? Yo creo que está bastante claro. Pues ahora llevemos este ejemplo tan de simple a la escuela. Cuándo hablamos del modelo de evaluación, de las asignaturas, de horarios, de pruebas externas, ¿lo hacemos PARA la infancia o CON la infancia? Siempre lo hacemos para ellos como elemento último de la cadena de consumo, pero nunca los tenemos en cuenta.