Correo 30 06 2017

Si se puede tener acceso a bienes o servicios por suscripción o delivery con entrega inmediata ¿qué sentido tiene comprarlos?. Eso se pregunta Kevin Kelly que tiene una sorprendente visión sobre el futuro basado en la «economía compartida», imaginando una vida en la que podamos poseer casi nada (“The Inevitable: Understanding the 12 Technological Forces That Will Shape Our Future”).

Los drivers de nuestra economía son cada vez más los intangibles, que no tienen masa o peso. Si podemos hacerle llegar estos intangibles a cada persona en cualquier momento, significa que no necesita poseerlos. Por ejemplo suscribirse a Netflix en lugar de comprar las películas que verán una sola vez o a Spotify para escuchar música o a Amazon Kindle para leer un libro.

Inclusive en el mundo físico las suscripciones o el alquiler con delivery inmediato hace innecesaria la compra. Ya hoy en día hay quienes prefieren alquilar un smoking o vestido de novia o disfraces en vez de comprarlos, porque para usarlo una sola vez no tiene sentido la compra. También prescindir de viajar en carro propio en la medida que se cuenta con taxis que llegan de inmediato a los llamados telefónicos como los Uber, o suscribirse a juguetes que los niños usan pocas veces, o alquilar utensilios de cocina y vajilla de comedor para uso ocasional para banquetes.

La educación tradicional instala en los alumnos modelos de vida rígidos que dificultan imaginar escenarios alternativos. Necesitamos educarlos para tener la mente permeable a estos sucesivos giros en los paradigmas de la vida que traen las innovaciones tecnológicas.