¿Ha mejorado la educación peruana? fue la pregunta que me hizo un periodista ayer, y le contesté que estamos estancados por lo menos 40 años. Ël esperaba que hiciera alusión a algunas variaciones en los puntajes de las pruebas ECE o PISA o al incremento de presupuesto para el sector, remuneraciones docentes, modificaciones curriculares, etc.

Le repliqué, observemos cómo anda nuestra sociedad. ¿Hay una convivencia más solidaria y cooperativa, más seguridad, mejores servicios al público, políticos y funcionarios más decentes y eficaces, prácticas empresariales mas sanas, trámites más simples y breves, cuidado del medio ambiente, tránsito ordenado y fluido, respeto a la autoridad y a las normas de convivencia? ¿Genera el Perú investigación, ciencia, tecnología y patentes como producto de su sistema educativo? ¿Se usan las vías pacíficas y del derecho para prevenir y resolver conflictos sociales? ¿Agregamos valor a las materias primas en las que tenemos ventajas comparativas como biodiversidad, minería, pesca?

Bueno, eso sí ha ocurrido en Dinamarca, Finlandia, Canadá, Australia, Noruega, Japón, Singapur y otros gracias a que tuvieron líderes visionarios que apostaron por mejorar su educación en el sentido más amplio, pactando entre las diversas fuerzas políticas y sociales del país para comprometerse con ello para el mediano y largo plazo. Con eso lograron impactar en el desarrollo económico y social del país y en el nivel de bienestar de los ciudadanos.

Eso no ha ocurrido en el Perú. Más bien parece haber habido una involución. Los adultos de hoy que definen los valores y funcionamiento de nuestra sociedad son los egresados de ese sistema educativo sobre el que se pregunta si hemos mejorado.

Sigo esperando el momento en que los líderes visionarios (políticos, empresariales, sociales) tomen la iniciativa de reunirse para decidir que irán juntos en una apuesta por la revolución educativa que necesita el Perú

En FB: https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/1019367964830405?pnref=story

Artículo afin:

Los cinco déficits básicos de la educación en España (Por El Empresario, diario digital de las empresas) LT: ¿Se dan cuenta cómo los economistas y empresarios que escriben estos artículos sobre educación no tienen la menor idea de pedagogía, psicología, pero pretenden dar recetas sobre qué hacer en el sistema educativo en base a limitados indicadores poco confiables y predictivos como los de PISA, la tasa de desempleo juvenil, presupuesto, la comparación entre países, etc?

Editorial corto y preciso. The real purpose of education. The UAE education system, like many other education systems, is reliant on end-of-school exams to determine student success. And so, instead of viewing education as an end in itself, students study mainly to get decent exam results and move to the next level. The inevitable result of such a mentality is that many graduates – even those who perform well in exams – may not be ready to face life’s practical challenges. And the subjects they were made to learn because of the fixed curriculum may seem useless after graduation. As American cultural anthropologist Margaret Mead said: «Children must be taught how to think, not what to think.»

¿Y si estamos ahogando la sed de aprender de los niños con un bombardeo de estímulos? Los incentivos externos saturan los sentidos, empachan y anestesian la capacidad de saborear lo lento de lo ordinario CATHERINE L’ECUYER «¿Dónde marchitó aquel asombro? ¿Y si la sed de aprender se hubiera ahogado en un océano de información sin sentido, en un bombardeo de estímulos externos compuestos por ruidos, contenidos y horarios que no respetan el orden interior de los niños, y por qué no decirlo también, de nosotros sus padres? Para que la sed sea sostenible, es preciso dejar beber poco a poco a la persona de una fuente que se ajuste a sus necesidades reales. ¿Hay que sorprenderse si uno se ahoga intentando tomar un sorbo de una boca de incendio? El asombro es lento, saborea la realidad a la que se acerca por primera vez, o como si fuera por primera vez. En cambio, los estímulos externos que saturan los sentidos empachan, embotan, anestesian el deseo, la sensibilidad y la capacidad de saborear la dimensión estética y lo lento de lo ordinario».

La educación se ha roto. Hemos enseñado a la gente de la misma forma durante los últimos 100 años y, como hemos crecido en ese sistema, creemos que es normal, pero es una locura.Enseñamos en las escuelas lo que los colonialistas ingleses querían que aprendiese la gente: matemáticas básicas para poder hacer cálculo, literatura inglesa… Hoy no tiene sentido. Tenemos que enseñar herramientas que ayuden a las personas a tener una vida gratificante, agradable y que les llene

En el futuro, si quieres un trabajo, debes ser tan diferente de una máquina como sea posible: creativo, crítico y socialmente experto. Entonces, ¿por qué se les enseña a los niños a comportarse como máquinas? Los niños aprenden mejor cuando la enseñanza se alinea con su exuberancia natural, energía y curiosidad. Entonces, ¿por qué son arrastrados en filas y hechos para quedarse quietos mientras están llenos de hechos? Tenemos éxito en la adultez a través de la colaboración. Entonces, ¿por qué la colaboración en las pruebas y exámenes se llama trampa? Los gobiernos afirman querer reducir el número de niños excluidos de la escuela. Entonces, ¿por qué sus currículos y pruebas son tan estrechos que alienan a cualquier niño cuya mente no funciona de una manera particular? Los mejores maestros usan su carácter, creatividad e inspiración para provocar el instinto de aprender de los niños. Entonces, ¿por qué el carácter, la creatividad y la inspiración son suprimidos por un régimen sofocante de microgestión? Los profesores ahora están dejando la profesión masivamente con lo que se pierde lo invertido en su fromación, en carreras destruidas por el exceso de trabajo y un régimen de trituración espiritual que trae la estandarización, las pruebas y el control de arriba hacia abajo. Cuanta menos autonomía se les conceda, más se les culpa por los fracasos del sistema. Nuestras escuelas enseñan habilidades que no sólo son redundantes sino contraproducentes. Nuestros niños sufren este sistema deshumanizante para nada.