El Tiempo, Piura 18 05 2014

Los gestores educativos tienen que tener mucho cuidado al escoger la tecnología para uso de sus alumnos, porque la publicidad de quienes elogian sus virtudes siempre le ganará en rapidez a la investigación que aquilata sus bondades, limitaciones y perjuicios. Eso demanda un alto nivel de intuición previa a la adquisición. Eso ocurrió con la introducción apresurada de las laptops a las aulas.

Por ejemplo, las recientes investigaciones del psicólogo Pam Mueller (Princeton) muestran que tomar notas a mano tiene mejor efecto en la recordación de información conceptual en el largo plazo que hacerlo tecleando en una computadora (revista Psychological Science de la Association for Psychological Science, en Science Daily 24/04/2014)

Por tanto el uso de las laptops en clase no solo es motivo de controversia porque hacen competir al alumno con las distracciones que ellas permiten (navegar, chatear, juegos en línea, etc.) sino porque afectan el aprendizaje y rendimiento académico. Muchas veces quien teclea se automatiza y no tiene idea de qué es lo que ha registrado en su laptop.

En un estudio de Mueller y Oppenheimer (del Anderson School of Management de la UCLA), 65 estudiantes universitarios vieron en grupos pequeños una charla TED sobre temas que eran interesantes. A unos se les dio computadoras portátiles (desconectadas de Internet) y a otros un block de apuntes. A todos se les pidió a todos que tomaran notas de lo más relevante visto.

Luego los estudiantes realizaron tres tareas distractoras, incluyendo una que tenía una exigencia de memoria de trabajo. Unos 30 minutos más tarde se les pidió responder a preguntas del video que vieron. Los resultados revelaron que si bien los dos tipos de anotadores realizaban igual de bien las preguntas que involucraban recordar hechos o datos, los que usaron la laptop para tomar notas tuvieron un desempeño significativamente peor en las cuestiones conceptuales. En suma, redactar a mano supera el tecleado mecánico. Lo mismo se encontró en una verificación una semana más tarde.

En vista que hay varias tecnologías nuevas en el mercado sería bueno estar alerta no solo de su utilidad para el registro electrónico de los apuntes, sino también la necesidad de procesar la información para no caer en la mera transcripción sin razonamiento alguno.

Artículo afin:
A MANO APRENDEN MÁS QUE CON LAPTOPS Por León Trahtemberg

En Princeton y UCLA encontraron que estudiantes que toman apuntes usando laptops tuvieron menor entendimiento que quienes tomaban apuntes a mano (medido con pruebas estandarizadas),

Los alumnos pueden teclear más rápido de lo que pueden escribir, y su mente no alcanza a procesar lo que dice el profesor, lo que los convierte en mecanógrafos que no entienden el contenido. Los que escribían a mano producían textos más sucintos que los mecanografiados, pero tendrían a incluir los temas principales que se discutieron en la clase por lo que tenían una mayor retención de lo discutido.

En la U. de York y la U. McMaster de Canadá se encontró que quienes usan laptops se distraen más escapando al tema de la clase- que los que no las usan, por lo que retienen menos lo tratado en clase. Además, el aprendizaje de quienes estaban sentados cerca de esos usuarios de computadoras, así ellos no las usaran, también se veían afectados negativamente, a manera de «externalidad negativa» por la contaminación sonora (ruido del vecino) y visual de lo que ven en la pantalla del vecino. (“Laptops Are Great. But Not During a Lecture or a Meeting”, NYT, Susan Dynarski 22 11 2017)

Lo interesante de este estudio, que reitera varios similares anteriores, es que evidencia que los usuarios de equipos electrónicos los compran y usan mucho tiempo antes de que la investigación académica documente su valía para el uso deseado (como ocurrió con el uso de los Rayos X que desde su invención hasta su uso protegido cobró muchas víctimas).

Esto ocurrirá todo el tiempo con nuevos equipos digitales y softwares, lo que demanda de los usuarios (y docentes para el caso educativo) poseer una nueva capacidad: la intuición digital calificada, para anticiparse a lo previsible aunque aún no tenga respaldo científico.