Correo 22 11 2013

Buena parte de la sociedad peruana tiene inoculado un virus en el cerebro que dice “los peruanos no podemos”. Ayudan mucho las interminables derrotas en el futbol, el desfile mediático de las hazañas de los gobernantes corruptos y funcionarios indiferentes, la omnipresente inseguridad, incompetencia y desorden vial. Nos preocupa el bienestar individual de corto plazo, el “sálvese quien pueda”, pero no tenemos grandes sueños colectivos, ni líderes que los coloquen a la cabeza de nuestra agenda nacional. No me refiero a esos sueños genéricos de quienes dicen “vamos camino a ser un país desarrollado” que solo apela a la dimensión económica de un voluble crecimiento arrastrado por las exportaciones de materias primas. Tampoco aquel que dice que se está reduciendo la pobreza extrema porque más gente gana 1 sol más que los 151 soles mensuales definidos por el INEI.

Hay un importante rol que podrían jugar los empresarios peruanos. Escoger entre seguir haciendo pequeñas inversiones en temas sociales como las que cientos de ellos hacen actualmente con muy limitados impactos, o proponerse abordar una gran meta, difícil, e invertir fuerte todos juntos esfuerzos y dinero para ayudar al Perú dar un salto cualitativo hacia adelante.

En el año 1960 Kennedy lanzó a su nación el reto de llegar a la luna al cabo de 10 años. Parecía imposible, pero logró movilizar a toda una nación en torno al proyecto Apolo… y logró el objetivo el 21/07/1969, contando con el apoyo de 20,000 organizaciones, 400,000 personas y 180 billones de dólares (4% del presupuesto federal)

¿Cuál podría ser el reto para el Perú? Yo propongo uno, pensando en el bicentenario. Tener funcionando en la selva del Perú para el año 2021 el mejor centro de investigaciones de la biodiversidad del mundo.

Tenemos investigadores peruanos y extranjeros regados por todo el mundo que vienen al Perú, investigan y regresan a sus sedes institucionales. ¿Por qué no hacer la más importante institución del planeta aquí en el Perú? (que por las patentes que generaría para alimentos, medicina, cosmética, etc. rápidamente se autofinanciaría).

Solo se requiere visión para soñar y coraje para realizar.