En los últimos tres meses me he entrevistado con cerca de 300 parejas de padres del NSE A/B cuyos hijos están por iniciar su vida escolar, y me ha sorprendido sobremanera uno de los reiterados argumentos con el que describen el colegio que desean para sus hijos. “No queremos un colegio tradicional”. Al detallar, se refieren a colegios rígidos, autoritarios, con disciplina asfixiante, centrados en cumplir rígidamente con programas y estándares pre-establecidos, con una agotadora sobrecarga de tareas y exámenes, y desinterés por apoyar a alumnos con dificultades. Lamentan la poca preocupación por cultivar la autoestima y seguridad interna de los niños, su motivación, afectos, habilidades sociales, creatividad, razonamiento propio y algo que denominan genéricamente como “ser felices”.

Si tuviera que hablar en términos de mercado para describir “lo que quiere el consumidor” esa sería una buena descripción. Muchos de ellos, ex alumnos de colegios conocidos, sostienen que “su época ya pasó” y que quieren para sus hijos otra cosa.

Casi a la par empecé a leer el libro “The Self Destructive Habits of Good Companies” (Jagdish Sheth, 2007) y mientras leía el capítulo 1 “Why Do Good Companies Go Bad” no pude evitar asociar lo escrito con los patrones de crítica que escuchaba de padres hacia diversos colegios reputados de Lima. El libro analiza los casos de la caída de super-empresas como Digital, Intel e IBM, y el costoso esfuerzo que tuvieron que hacer para reinventarse luego de su crisis en los años 1996, 1993 y 2003 respectivamente.

Al analizar las causas de su debacle, menciona tres que están en el centro de todas que son la negación de su estancamiento y falta de sensibilidad hacia los nuevos productos, arrogancia frente a los consumidores, y complacencia autodestructiva respecto a su posición dominante. En suma, su éxito y posición preferente en el mercado terminaron siendo las causas de su crisis y eventual fracaso.

Hay colegios que se han percatado de esto y están haciendo su autoevaluación institucional, acreditación, FODA, estrategia de mercado, plan de mejoramiento, etc. Quien sabe les resulte útil incorporar estos datos como espejo para su discusión interna.

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Más de 100 años resistiendo la escuela tradicional. El Tiempo, 26 04 2018 Óscar Sánchez Muy descriptivo e ilustrativo. Habla de Colombia pero en América Latina todos nos parecemos tanto…Lo que es increíble, es que en Colombia el Ministerio de Educación y algunos sectores del magisterio sigan yendo en contravía, proponiendo parámetros y horarios milimétricos, infraestructura medida en número de aulas convencionales, énfasis en competencias básicas y evaluaciones estandarizadas limitadas en su contenido o métodos represivos como la reprobación de cursos a quien no obtenga logros establecidos en un plan de estudios rígido. Y que ejemplos de iniciativas docentes maravillosas para llevar esta nueva pedagogía al sistema público que florecen en muchas escuelas, o políticas ampliamente reconocidas por haberlo hecho, sigan teniendo audiencias limitadas.

Educación para el pasado o para el futuro

(LT: en palabras sencillas, todo lo que se discute sobre transformaciones pendientes el para la educación relevante para estos tiempos). Jesús Montero Tirado, 07 01 2019) Desafíos apremiantes. Son muchas las novedades tecnológicas, los nuevos conocimientos, los nuevos medios y modos de comunicarnos e informarnos, que están presentes y activos en nuestra vida cotidiana, social, laboral, cultural , profesional, política…, ante los cuales nuestro sistema educativo aún no ha reaccionado.

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Slides del propio autor Jagdish Sheth The Self Destructive Habits of Good Companies” https://trahtemberg.com/wp-content/uploads/2013/05/T6_JagdishSheth-941.pdf

Richard Gerver: “Hay demasiadas modas pasajeras en la educación”.Las escuelas se centran demasiado en lo académico. En España o Inglaterra los exámenes son la razón de ser de la escuela. Esto tiene que parar. La educación no va de aprobar exámenes, sino de desarrollar a los jóvenes para que tengan éxito. Los profesores no necesitan los exámenes para eso. Seamos serios. Están evaluando a sus alumnos todo el tiempo. Los exámenes existen porque les gustan a los políticos y los piden los padres. Pero, en realidad, como herramienta, obstaculizan la educación, no la mejoran. La OCDE señala que los países con sistemas que se centran en exámenes son en los que los chicos tienen más dificultades para encontrar un trabajo. Esto se debe a que la educación no está enfocada a su desarrollo, sino a prepararlos para un examen.