La londinense Quacquarelli Symonds produce anualmente el QS World University Rankings que junto con el Times Higher Education top 400 y el Shanghai Jiaotong University top 500 producen los rankings universitarios más prestigiados y consultados del mundo. Eso beneficia la publicidad y capacidad de captación de estudiantes de las universidades mejor rankeadas, y les facilita conseguir los mejores empleos a sus egresados.

QS acaba de anunciar una iniciativa para darle a las buenas universidades que son relativamente nuevas o pequeñas una posibilidad de mostrar su calidad, sin tener que competir en el ranking con los siempre punteros Harvard, Cambrigde, Stanford, MIT, etc. que por prestigio, calidad de catedráticos, patentes y premios logrados, trayectoria institucional e investigaciones acumuladas y publicadas tienen siempre los mejores puntajes y primeros lugares en los rankings QS pretende darle la oportunidad a las nuevas universidades de destacar haciendo notar sus fortalezas mediante un sistema de 1 a 5 estrellas (similar al sistema de calificación de hoteles). Para ello el interesado debe hacer un pago de 9,850 dólares de inscripción y una cuota anual de 6850 dólares.
Así fue que la Universidad de Limerick en Irlanda recibió 4 estrellas, pese a que no aparece en los otros rankings internacionales más importantes. Sus 4 estrellas se las dieron por las áreas de infraestructura, enseñanza e internacionalización.

La University College Cork de Irlanda que tenía el puesto 190 en el ranking QS, recibió una calificación global de cinco estrellas, que la sitúa en la elite internacional porque según QS ofrece a los estudiantes «instalaciones de vanguardia, alta calidad de enseñanza e investigadores de renombre internacional.» Esta misma universidad está ubicada en la banda de 301-400 en las clasificaciones de Shanghai Jiaotong y en la banda de 301-350 en la calificadora T.H.E.

Los críticos de este sistema dicen que esta es una forma de pagar por lograr una mejor acreditación por parte de los interesados que con ello logran elevar el prestigio internacional de su universidad. Los defensores de QS dicen que de las 106 universidades que se inscribieron para ser acreditadas, más de la mitad han recibido 2 o menos estrellas, lo que implica que hay una evaluación seria y que no basta pagar para ser mejor ubicados (Ratings at a Price for Smaller Universities, New York Times, D.D. Guttenplan, 31/12/2012)

En general el sistema de los rankings está muy cuestionado porque los indicadores usados siempre favorecen a las mismas universidades especialmente norteamericanas e inglesas que dominan las publicaciones internacionales y que tienen un prestigio de siglos que es difícil de modificar. El año pasado los primeros lugares fueron ocupados por la University of Cambridge – Reino Unido; 2 Harvard University – Estados Unidos; 3 Massachusetts Institute of Technology (MIT) – Estados Unidos; 4 Yale University – Estados Unidos; 5 University of Oxford -Reino Unido; 6 Imperial College London -Reino Unido; 7 UCL (University College London) – Reino Unido; 8 University of Chicago -Estados Unidos; 9 University of Pennsylvania – Estados Unidos; 10 Columbia University – Estados Unidos; 11 Stanford University – Estados Unidos; 12 California Institute of Technology (Caltech) – Estados Unidos; 13 Princeton University – Estados Unidos; 14 University of Michigan – Estados Unidos; 15 Cornell University – Estados Unidos.

Los indicadores usados hablan poco de la calidad de los egresados porque se refieren a la calidad de los profesores, instalaciones, publicaciones y logro de patentes. Por último, evalúan el pasado y no las potencialidades futuras que es lo que a los nuevos ingresantes les debería interesar. Pero, mientras sea el sistema vigente no faltarán las universidades que para hacerse visibles, atractivas y por lo tanto capaces de recaudar fondos privados o públicos para operar y crecer, pagar una pequeña cuota (equivalente tan solo al costo de un estudiante) resulta una inversión pequeña con una rentabilidad muy alta.