En el concurrido y exitoso 1er Congreso Pedagógico Nacional organizado por el Consejo Nacional de Educación en Trujillo del 5 al 7 de agosto del 2010, la antropóloga Patricia Ames (IEP) presentó los hallazgos preliminares de Lima y Piura del estudio sobre “Percepciones de niños y adolescentes de escuelas públicas sobre su educación” realizado por encargo de la Mesa Interinstitucional de Buen Desempeño Docente, liderada por el CNE y Foro Educativo con el apoyo de UNICEF y la Derrama Magisterial. Comentaré algunos de ellos.

 

La muestra total es de 11 colegios, 6 de primaria y 5 de secundaria, 8 urbanas y 3 rurales, de Lima (urbana), Piura (rural), Ucayali y Ayacucho (urbanas y rurales). Lo datos se recogieron agrupando alumnos de 6to de primara y 4to de secundaria, entre mayo y julio 2010.

 

Si hubiera que resumir los hallazgos en palabras de los niños y adolescentes dirían: ¿Qué es lo que niños y niñas más quieren de un maestro? “Que no nos pegue”; “Que no nos grite ni nos insulte”; “Que nos hable bonito”, “Que sea amable, cariñoso”. Para ellos un buen maestro o maestra, “tiene bastante paciencia con sus alumnos”; “tiene que ser comprensible, explicar las clases bien”; “quiere que los alumnos aprendan”

 

Lo común es que consideran que un buen profesor tiene que tener paciencia ya que ello denota una preocupación en lograr que comprendan las lecciones; además es sinónimo de interés por los alumnos y está asociado a la amabilidad y buen trato que el docente debe darles a sus alumnos evitando el maltrato físico y el ser renegones de lo que se quejan con frecuencia. Además los de secundaria señalan que no debe ser “confianzudo”, ni mañoso y que no les falte el respeto insultándolos.

 

Los estudiantes de secundaria esperan que el docente explique bien, se preocupe por sus alumnos y los aconseje. Que sean sinceros con ellos y les hablen de manera clara y sencilla sobre temas que les interesan. Es bueno que no tenga preferencias y que sea ameno, pero a su vez que sea exigente y que avance su clase sin perder innecesariamente el tiempo.

 

Sobre la escuela aprecian que tenga buena infraestructura, áreas de recreación, áreas verdes, servicios higiénicos, que sea un espacio seguro y además los de secundaria reclaman por salas de cómputo, talleres y bibliotecas.
Una de las razones por las que piden más patios y canchas es para poder jugar a la hora de recreo, ya que suelen haber tensiones y disputas entre los alumnos de primaria y secundaria por el uso de estas áreas en la hora del recreo y los de primaria terminan siendo abusados por los de secundaria que los empujan, les quitan su lonchera o les piden dinero.

 

A los conserjes lo perciben como personas de confianza, que los aconsejan y que comprenden sus juegos. En cambio los auxiliares son señalados a veces como aliados pero a veces como disciplinadotes rígidos y autoritarios.

 

En cuanto al director o directora esperan que sea una figura cercana a ellos y con quien puedan conversar. En algunos casos los estudiantes de secundaria se muestran desconfiados de la gestión de su director, a quien perciben como una persona lejana con quién no conversan mucho. Tienen una expectativa clara de que su gestión sea transparente, saber cómo se está administrando el dinero y además que se tome en cuenta su voz en las decisiones que los conciernen o afectan.

 

Como se aprecia, los alumnos piden cosas sensatas. Buenos profesores, pacientes, cordiales, con buen trato, interesados en sus alumnos, motivados por hacer un buen trabajo y eficientes. Nada del otro mundo. Pero así como miles de alumnos cuentan con profesores y directores de este tipo, tenemos que preocuparnos por todos aquellos alumnos que no tienen la suerte de contar con ellos, lo que les hace muy difícil la vida escolar y con ello dificultan también su aprendizaje.